Ella está enamorada del arte,
ama las pinturas, admira
la ductilidad de las manos
del artista que las esboza.
Un lienzo que está mudo,
muta en un instante, una ráfaga,
con la anuencia de pinceles y óleos,
a pinturas exquisitas en segundos.
Son seres especiales,
poseen un don innato,
sus manos son alas privilegiadas
que logran perpetuar universos.
¿Las sueñan a sus pinturas,
y luego pintan sus sueños?
¿Será ese el secreto que tienen
los pintores amos de lo eterno?
Creo que en cada alma comenzó
la génesis de tanta belleza,
son poemas con pinceles escritos,
hablan sin hablar, son excelsos.
Nos transmiten la emoción,
la plenitud y las aflicciones
del artista, todo está implícito,
solo hay que escudriñarlo.



















