A veces...
se apagan los sueños,
son como luces
que a los ojos encandilan
para desaparecer luego
cuando ni siquiera
logramos percibirlo.
Ellos eran proyectos sólidos
erigidos con sustento,
tenían férreos cimientos
pero como un castillo de naipes
se desmoronaron.
Sueños...
son como niños
cargados de ilusiones
que de amor rebosan,
pero de repente
como por arte de magia
ante nuestros ojos
se volatilizan
y nada, nada...
logra quedar indemne.
Viviana Laura Castagno Fuentes
No nos mintamos
apelemos a la sinceridad,
cuando el amor se evanece
existen múltiples causas.
No muere el amor
espontáneamente,
antes padeció deslustres,
hubo deterioros inevitables.
También lo desorientó
el hartazgo de la espera,
esa incertidumbre perpetua
que al alma desasosiega.
Él esparció indicios tantos,
cuando en silencio estuvo
y no supimos
o no nos interesó
interpretar su mensaje.
Lo atosigó aguardar
navíos en estanques,
lo apabulló el mutismo
y lo terminó matando
... una insalvable distancia.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Deseo invadir ese universo tuyo
conocer en qué intersticios
guardas lo que callas,
hacia qué lugares viajas en silencio
¿será la mar tal vez, será el desierto
yermo o la primavera?
Eres misteriosa, taciturna, un enigma,
como un libro que espera ser leído,
con páginas vírgenes, inexploradas,
donde aguarda el cielo diáfano
o el misterioso averno.
Tu mundo interior hospeda muchos otros,
moran risas largas, sueños que no fueron,
sabe de ilusiones ancladas en puertos
con naves postradas, en piélagos quietos.
Pero nada es lo que exhibes,
existen múltiples convivientes
que a tu idoneidad desafían
para que renazcas, para que despiertes
y serás la misma esta vez
pero también otra y diferente
porque a aquellas páginas en blanco
las escribió la vida con contundencia.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Hay personas
que se arrogan
la potestad
de creer
que nos conocen.
¿Pero quién en realidad?
¿Quién sabe sobre nosotros?
Muchas se regodean
en nuestras primaveras,
disfrutan del jardín
que con amor sembramos.
Pero...
¿Cuántas de ellas
acuden cuando arrecian
los fríos implacables
de nuestros inviernos?
Hay personas
que creen conocernos,
pero a veces
decir que son muy pocas
es decir mucho
o demasiado.
Porque,
nadie escudriña dentro
y es exactamente allí
donde realmente
moramos nosotros,
con nuestras luces
y nuestras sombras,
nuestros soles
y nuestras lunas.
¿Nos conocen de veras?
¿Quiénes?
Viviana Laura Castagno Fuentes
Encuentro con creces
la fuente de inspiración
en manifestaciones
de la natura,
ella desata los nudos
gordianos
que a mis versos atan.
Cada vez que acudo
al inasible mar
descubro nuevas facetas,
es un creador perpetuo
hay magia en su génesis
es un exquisito artista.
Es espejo a veces
donde duerme el cielo,
pero se vuelve
un devorador nato otras
cuando con sus olas
devenidas en fauces
devora todo a su paso.
Tiene una impronta
que límites marca,
no existen los reglamentos,
ni códigos, ni incisos,
porque la ley es él.
El mar,
adoro sus dones todos
su inefable versatilidad,
convierte en fauces
a sus aguas
o acuna al cielo
cuando en espejo amoroso
torna.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Lo que tuvieron
fue una historia
con final anunciado,
porque en el medio
hubo promesas
incumplidas
y falsedades.
Todo ha sido
una espera
larga y estéril
en un puerto
que estaba clausurado
y una nave
que siempre
estuvo a la deriva.
Se mintieron
ambos
con proyectos
frágiles, inconsistentes
y en arenas movedizas
e inestables
inexorablemente claudicaron.
Se mintieron,
fueron protagonistas
de un simulacro perpetuo,
aunque la vida
les fue enseñando
que ante la verdad
la mentira pierde siempre,
pero ninguno
de los dos
comprendió la metáfora.
¿Al fin y al cabo
qué fueron?
Viviana Laura Castagno Fuentes
En esos ojos
donde la mar
decidió instalarse
hace varias décadas,
se aposentó después
una feroz tormenta.
De nuevo la vida
con sus embates,
le asestó un golpe
inconmensurable
justo allí
en ese sitio recóndito
donde los dolores
socavan y devastan
sin nuestra anuencia.
Y ese azul límpido
que lograba mimetizarse
hasta con el cielo,
se disipó
de su mirada
y a un gris terco
mutó para quedarse.
Estocadas impiadosas,
borrascas inesperadas
la petrificaron
por dentro
y ese rostro amable
con mirada que sabía
a mansedumbre
se evaneció -en un tris-
sin que pudiese hacer nada.
Viviana Laura Castagno Fuentes
He observado
a personas tantas
construir altos muros
para aislarse del afuera.
Pero también
he percibido en ellas
el deseo de que alguien
los derribe, los demuela.
Porque era una impostura
que ponía en evidencia
una gran fragilidad
y esos muros inasibles
eran tan débiles como ellas.
Estratagemas, ardides únicos
que el alma ostenta
cuando privacía reclama,
pero en realidad comunica
sus insondables y dolorosos
vacíos existenciales.
He observado...
¡A tantas personas!
Viviana Laura Castagno Fuentes
¿Dónde están,
hacia qué lares
han partido
quienes hoy en recuerdos
se han convertido?
Mi cuerpo tiene
espacios yermos,
era el lugar que ocupaban
las risas y los abrazos
de todos los que se fueron.
Se siente un gran vacío
nada logra resarcirlo
nada...
retiró el mar sus aguas
y hoy sus playas
son desiertos.
¿Dónde están
los que se han ido?
Dicen que ahora
en alma se convirtieron
¿Pero cómo me convenzo
si cada vez
que hubo un éxodo
se ha llevado partes mías?
Viviana Laura Castagno Fuentes
La muerte,
así de frente
sin ambages
ni metáforas,
nos habita
a todos
sin excepción alguna.
Cuando nacemos
somos un misterio
perpetuo,
la única certeza
que poseemos
es que feneceremos
y es lo inexorable.
Entonces:
¿Por qué
no hablamos
sobre ella?
¿Por qué
el mandato
es silenciar
su existencia?
Mucha incertidumbre
acabaría,
muchos cielos
ominosos
en radiantes
tornarían
si a la muerte
la naturalizáramos
y dejáramos
de darle el trato
de innombrable.
Porque al fin
y al cabo,
hacia ella
y solo hacia ella
todos estamos
haciendo el viaje
sin fecha de arribo.
La vida nos separa,
o mejor expresado
los humanos
urdimos clasificaciones
absurdas e indolentes,
pero la muerte
nos responde hábilmente
igualándonos.
Viviana Laura Castagno Fuentes
El patio todo, ostenta
la desprolijidad natural
que el otoño impone
cuando los follajes desgarra.
Un robusto y elegante árbol
de sauce llorón,
ha sido la víctima preferida
de la embestida del viento.
Hoy yacen víctimas acumuladas,
las ha resumido en horas
a una espesa alfombra
parece una inundación,
una riada con hojas mustias.
Eres sorprendente otoño
tienes asignado un rol,
eres experto en desnudeces
que atañe a ciertas especies
pero también a cada alma
que anonadada... observa.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Esta mañana descubrí
a una gota
de rocío aterida
sobre el pétalo
de un rojo malvón.
La había congelado
la tenacidad
de los intensos fríos
que al invierno
en ciernes, anuncian.
Y allí quedó,
no comprendo aún
si es por obstinada
o porque eligió
proteger
a la frágil flor
para que de frío
no fenezca.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Tenemos
accidentes geográficos
muy dentro
aunque no los veamos.
Algunas veces
somos montañas,
prestas para ser exploradas.
Otras...
en amorosos y suaves
valles nos convertimos.
También tornamos
a desfiladeros complejos,
con sus mares inasibles
y borrascosos.
Hay días
en que amanecemos
siendo soles y lunas
con nuestras luces
nuestras sombras
y en perfecta simbiosis
nos convertimos.
¿Y cuando hay huracanes
arremetiendo
y a componedora
brisa lo transformamos?
Pero también
en estanques quedos
y apacibles nos volvemos,
ese amparo
que a la paz induce.
Amalgamas somos,
huéspedes, inquilinos,
junto a otros afines
realizando un viaje
transitorio
que de regresos...
no sabe.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Extraño
el humeante café
que sobre mi mesa
cada mañana
dejabas,
era un obsequio
inigualable.
Recuerdo
tu postura
ante los imponderables,
eras contundente
todo solucionabas
en tu universo
el "no puedo" no existía.
Si deseaba
una nube
armabas una escalera
para bajarla
mientras yo reía,
no existían imposibles
cuando tú estabas.
Y dije "cuando tú estabas"...
porque te has ido
a buscar esa nube
pero olvidaste
aquí tu escalera
y la guardé
porque aún te espero.
Dejé sin llave
la puerta,
puedes ingresar
cuando desees
y degustaremos
como antes
nuestro café inigualable,
con nube o sin ella
ya no importa.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Hay personas
que viven marginadas
porque las olvidó la vida
o tal vez porque
ellas de vivir se olvidaron.
Son seres especiales,
suelen caminar
con su espalda encorvada
como si allí tuviesen
alforjas cargadas
con pesadumbres
y también con sueños
que no fueron.
Si las observamos
poseen un vacío
en la mirada,
pero no está vacía
sino abarrotada
de preguntas
que se quedaron
sin respuestas un día.
Hay tantas personas
que viven marginadas
con pesadas alforjas
que a su espalda encorvan,
porque de vivir se olvidaron
o porque tal vez...
las olvidó la vida.
¡Hay tantas!
Viviana Laura Castagno Fuentes
Y heme aquí,
en estado
de entrega absoluta
entre versos
y rimas antojadizas.
Y heme aquí,
intentando otorgar
un espacio
a las palabras
que libremente
me habitan.
Y heme aquí,
orientada
y desorientada
a la vez,
porque
mi poesía
está huérfana
de la musa que
a la inspiración
despabilaba.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Todo
o casi todo diría
me conduce hasta ti.
Ahora...
me pregunto:
¿Por qué?
si ni siquiera
nos hemos conocido.
Luego esgrimo
la respuesta
-o intento al menos-
es el alma,
esa alma primigenia
ostenta itinerario propio,
prescinde
hasta de la mente
y posee una brújula propia
que es infalible.
Hoy,
una alfombra
de macilentas hojas
de un sauce llorón
trajeron tu recuerdo
otra vez, como siempre
y aquí estoy
dirimiendo a solas
si te hospedo
definitivamente
entre mis remembranzas
o en olvido
irremediable
y definitivo te convierto.
¿Te hospedo o te olvido?
Viviana Laura Castagno Fuentes
Partiste,
justo cuando
los vergeles
se estaban
engalanando.
Elegiste
hasta el mes,
transcurría octubre
cuando estallan
las gardenias.
No hubo
una despedida siquiera,
te sorprendió
la muerte,
ese arrebato
que no avisa
y se quedó mi beso
sin tu frente.
Te fuiste,
cuando yo llegaba,
minimizaste el dolor
que causaría
tu éxodo.
Hasta en tu final
fuiste generosa,
se quedó
mi adiós frustrado
y ahora hay un mes
que no existe
lo erradiqué
para siempre
del calendario.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Hay días
que imponen
al desorden
en nuestra vida.
Y nos extraviamos,
en una mañana
que olvidó al sol
y dejó a la noche.
No hay aves,
partieron todas
con el verano
junto a su música.
Los pétalos
aún dormitan
aguardan ellos
a la primavera.
Hay días
desordenados
y el caos reina,
lo que no logro
discernir todavía
es si esa confusión
está afuera
... o adentro.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Hay que atreverse
a ser diferentes,
a no seguir los dogmas
y a no claudicar
en nuestro viaje.
Porque nunca
ha sido fácil,
tener autonomía
en el vuelo
ya es una osadía.
Pero, disentir
con el pensamiento
masificado
de una sociedad
anquilosada,
nos expulsa,
nos condena.
No, no es fácil,
pero tampoco
es imposible,
elijo vivir marginada
por ser genuina,
que aceptada
por renunciar
a lo que me hace única.
Viviana Laura Castagno Fuentes
