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viernes, 18 de octubre de 2019

EL DESTIERRO

     
Desearía tener la habilidad,
esa que ostentan los jardineros,
poseer unas manos prodigiosas
para poder arrancar de cuajo 
los dolores viejos y los nuevos,
que con suma habilidad sus raíces
en mis entrañas han arraigado.

Podría quitar los anquilosados
y sembrar un sendero con gardenias,
níveos jazmines y camelias matizadas;
hacer una fiesta con colores, aromas,
e invitar a los intrusos desbaratadores
para que partan y no vuelvan.

Definitivamente, ser una jardinera
sería la mejor de las terapias,
allí donde la desazón brote
plantaré las mejores especies
y por un camino de abedules
las invitaré a partir muy lejos
mientras sello las entradas 
con bellísimas amapolas rojas
para que jamás, jamás regresen.

Viviana Laura Castagno Fuentes

SU CIELO LLORABA



Un cielo plomizo y ominoso,
no se explicaba
con argumentos científicos,
para una niña pequeña,
había otra realidad:
su amado cielo estaba triste,
por eso sus ojos estaban cerrados.

Cuando la lluvia comenzaba,
no eran nubes condensadas
que caían,
eran las lágrimas 
de su cielo entristecido,
porque los hombres 
algo malo le habían hecho.

Ella no comprendía la meteorología,
sus nubes con llanto acumulado,
debían menguar tanta desolación, 
llorando, mientras abajo todo se inundaba.

¿Cómo explicar a una niña
 lo que era la lluvia,
si estaba convencida que mucho dolor 
era la razón que la provocaba,
y no lo que la ciencia argumentaba?

Era así, su cielo tan amado,
estaba angustiado,
porque le habían hecho
un gran daño
los hombres que sobre ello saben tanto,
y ella sabía, que llorando con lágrimas intensas,
la cura de su agobio, había comenzado.

Viviana Laura Castagno Fuentes

LA HAMACA DEL PUEBLO

                                  

Mi padre era naturalmente un hombre muy habilidoso, dones tal vez heredados de su papá, mi abuelo, a quién no logré conocer, porque falleció cuando a la sazón tenía yo un año y ocho meses.

Supo mi padre hacer de nuestra infancia un verdadero deleite. Era la mayor de tres hermanos y la única mujer, por lo tanto tenía ciertas potestades aseguradas, con la anuencia y complicidad de mi adorada madre también.

Mi niñez ha sido pródiga en disfrutes con amigos del colegio, del barrio, eran juegos variados a los que se sumaban niños que pasaban en ese mágico momento por la vereda de mi casa, donde la diversión tenía su lugar garantizado.

Las rondas, la rayuela, andar en bicicleta, en monopatín o simplemente sentarnos para conversar temas de niños, eran un cita diaria y transcurría en la vereda, sobre todo en tardes primaverales o de estío, porque el sol se ocultaba mucho más tarde.

En ese espacio, la vereda, había también un lugar donde el césped era el gran protagonista y allí, casi besando la calle, estaba el garante de la mayor de las diversiones: "un esplendoroso árbol de paraíso", con su tronco leñoso, sus hojas verdes oscuras, lustrosas y sus flores violáceas con una delicada fragancia que formaba ramilletes.

Con las flores, diseñábamos collares; debíamos desprender los pétalos y dejar solamente el pistilo, por allí con la ayuda de una aguja e hilos, con extrema delicadeza, los uníamos uno a uno hasta lograr un amoroso collarcito con la generosidad de las flores más sencillas y glamorosas (debo admitir que sentía muy profundamente que las mutilaba).

Pero la magia del árbol tenía otra impronta, mi padre, había observado, que una de sus ramas, caprichosamente había crecido como un brazo extendido, bien horizontal, como invitando a jugar con ella.

¿Y qué pergeñó papá?: ¡Una hamaca!

Sí, haría una hamaca con cadenas y asiento de madera suave y brillante para nosotros los tres hermanos, pero también para ser compartida con todos los niños que por allí pasaban.

Y la construyó, envolvió a la rama generosa con tela gruesa para preservarla, para que las cadenas no la dañaran; fue uno de los tantos alborozos que tuve en mi infancia, una hamaca fabricada por papá y para ser disfrutada por todos.

Así nació una leyenda casi, la denominaron: "La hamaca del Pueblo", porque era ese su destino, su finalidad. Que cada amigo, cada niño o quién deseara sentir la brisa en su rostro cuando un envión los empujaba, disfrutara libremente y sin pedir permiso alguno.

La hamaca del pueblo fue un regalo de papá, para nosotros, pero también para todos los niños, no existían mezquindades, no sabíamos sobre ella, nuestros padres nos educaron con valores eternos que aún hoy a mis sesenta y dos años son mi guía y faro, cuando las inclemencias del afuera intentan derrumbarme viene a mi memoria la hamaca del pueblo, un símbolo sobre la solidaridad y la generosidad que mantienen viva a aquella niña.

Muchas gracias papá , tu hamaca era un juego más, pero para mí se convirtió en toda una parábola, una enseñanza sobre los valores humanos, que jamás olvidaré mientras continúe explorando este azaroso camino de la vida.

Viviana Laura Castagno Fuentes
              

jueves, 17 de octubre de 2019

CONVIVENCIA INESPERADA

           

En esta incierta y dubitativa primavera
que ostenta un despliegue artístico
con espectacularidades tantas,
hay también un invierno implícito.

Pero el invierno es un intruso,
no está invitado a la fiesta,
es un impostor, un osado
que ha prolongado su delirio
haciendo tiritar hasta a los árboles.

La dúctil primavera está extraviada,
había ataviado a sus reinas
con estridentes colores,
y ahora no sabe,
si es ella quién está ofrendando
o debe dar espacio
a un invierno tardío y obcecado.

Recapitulando entonces, 
la estación es la primavera,
el otro es un testarudo,
un renuente a irse,
son las peculiaridades de la natura
-tan especial a veces-
están conviviendo dos estaciones,
dos convivientes,
uno es un recalcitrante
la otra, una primavera desorientada.

Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 16 de octubre de 2019

PRESENCIAS AUSENTES



En mis largas noches, tan largas,
cuando la fragilidad me amuebla
se siente un hueco en el alma 
que con la nada se sacia.

Porque la ausencia es mi hechura
son muchas y tan diversas,
ausencias de quienes han partido,
pero también, de quienes aún viven.

He ido aceptando naturalmente,
las ausencias son inevitables
y atraviesan la piel sin anestesia
perforando a la incauta alma
que aun lesa, nos invita a seguir
porque no existe otra alternativa.


Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 13 de octubre de 2019

EL OTEADOR



Los balcones, una osada intervención
de los diseños de la arquitectura;
un remedo con pretensión de patio,
una mano que se extiende generosa,
un regazo amparador para plantas
que amorosamente allí medran.

Es una extensión silenciosa, muda,
desafía con osadía los límites impuestos,
no acaba la vida adentro, el balcón es garantía,
invita a ingresar al cielo con su majestuosidad
y otea con presunción, los bellísimos jardines
que por doquier están, con sus vergeles,
sus árboles y sus flores, para la mirada, una fiesta.

Son la contención preferida para las aves,
muchas de ellas sobre la baranda se aposentan,
si hasta el canto de un zorzal despertador 
tiene al balcón como su palco preferido
y desde allí entona su deliciosa melodía.

Alguien los diseñó y debió tener un argumento.

Los balcones generan sensación de libertad,
si con solo presentirlos, hasta los humores mutan,
son un deleite hasta para la inspiración,
si sabremos sobre Romeos y Julietas;
definitivamente, quién los pergeñó,
era mucho más que un arquitecto o un diseñador,
fue un eximio poeta, devenido en constructor.

Viviana Laura Castagno Fuentes

sábado, 12 de octubre de 2019

DESENCUENTRO INVOLUNTARIO



Tantos diálogos, tantas palabras,
formaban montañas, lucían acurrucadas,
estaban esperando -como asiladas-
el indicio certero del encuentro
o del desencuentro, era tan incierto.

Pero todo fue un amasijo informe,
se entrelazaron palabras, sentimientos,
parecía que nos aplastarían hasta asfixiarnos,
pero los asfixió la certeza del desconcierto.

-Debemos aguardar-, me decías.

¿Aguardar cuánto, días, meses o años?,
no llegaban tus respuestas
y en esa creciente desazón, naufragamos,
no hay reclamos, ni hay responsabilidades,
se nos entrometió la vida
con sus imponderables.

Los sueños fenecidos, serán valiosos recuerdos,
de un régimen despótico eres prisionera,
y en ese presidio estamos juntas,
aunque físicamente -otros universos habitemos-.

Viviana Laura Castagno Fuentes
                       

POESÍA PARA "POLDY" (BIS)


¿Hacia qué lares te has ido?

Confieso que escudriño el cielo,
presumo que alguna señal habrá,
tal vez logres insinuarte, aquí o allá,
encendiendo estrellas
con fulgores diferentes.

Si hasta imagino que en las formas
antojadizas de las nubes, está tu impronta,
porque solo belleza has creado,
imbuida de amor, de sentimientos nobles,
que en tus letras fuiste incrustando
y supiste que allí residía el secreto.

Sentimientos, como baño de chocolate,
en ellos sumergiste una a una a tus letras,
amor profundo empotraste, era un distingo,
porque la poesía demanda justamente eso,
palabras que logren atravesar a un corazón
y lo modifiquen para siempre, lo mejoren,
hasta que lo cautericen
—si herido yace—.

No se olvida a quién se adelantó
en el inefable camino de la vida,
—cuando profundas huellas ha dejado—
en corazones que desolados viven,
porque esperan un bis, otra edición,
de "Cuentos para Verónica".

Pero estoy persuadida te confieso,
que vives en cada niño —hoy adulto—
y en cada adulto con su niño despierto,
porque para eso has nacido 
para solazar a quienes tuvimos el privilegio
de leer y releer cada una de tus obras.

Amiga, llévame un rato a tu universo,
donde estarás bellos versos pergeñando,
para luego liberarlos en el viento,
que a las flores y a los árboles todos
bajará para mecerlos, mientras algo les musita.

No, no estás muerta, aquel primero de junio
se equivocaron los noticiarios, se equivocaron,
decían "Poldy Bird la escritora, ha fallecido",
pero no me convencieron, estás viva, estás aquí,
en cada alma que te alberga y donde eres inexpugnable.

Porque no mueren los poetas Poldy, mienten los medios,
no mueren, porque te has perpetuado eternamente,
con tus hondos y genuinos sentimientos como asistentes,
en millones de almas que con" Tanto amor" despabilaste.



"Poldy Bird": una escritora que supo ingresar en los entresijos del alma de varias generaciones, munida de Poesías y Cuentos con sentimientos profundos y auténticos. Dicen que falleció un 1 de junio de 2.018 ...pero nos mintieron, porque no muere jamás quién entrega su alma sin cortapisas.

Viviana Laura Castagno Fuentes
     

jueves, 10 de octubre de 2019

CERRAZONES


Cielo parcialmente nublado,
decía el pronóstico del tiempo,
pero no avisaron por cuántos días,
y hace una semana que al cielo 
las luces lo abandonaron.

Es como si una cerrazón incierta
empañara por fuera todo,
pero también por dentro,
y hay un tumulto de letras 
que sin destino deambulan.

Es que a la poesía la atraen 
los cielos límpidos, transparentes,
sin nubes borrascosas que lo borren,
ella se inspira en la belleza 
y se enamora de los sublimes sentimientos.

Cede temporal, despeja a tu cielo,
invita a que abra sus ojos,
porque sin ellos entristeces a la poesía
y las letras obnubiladas
pueden herirse al desorientarse
y no avizorarán que un verso
está por ellas aguardando.


Despabílate cielo, hazlo pronto,
hay letras que deambulan,
buscan a su poesía, porque sin tu luz,
están perdidas y desasosegadas.

Viviana Laura Castagno Fuentes


                

LA REHÉN

 

No, no debería suceder otra vez.
La felicidad con su andar sigiloso
ha tocado sutilmente la puerta 
que el alma tiene, tan etérea ella,
y atendieron los miedos de nuevo.

No, no puede ser, es un sueño,
es una osada reincidencia,
un desmesurado capricho
que intenta sabotear una vida 
que de ellos está atosigada.

No, no debería suceder de nuevo
el reloj de arena pauta otras urgencias,
cuando joven imaginó a su príncipe
el que quitaría los opresores grilletes 
y a sus victimarios los expulsaría.

Pero aún están allí, impertérritos,
ella intenta sembrar flores en su vergel
pero es zona infértil, solo crece lo mustio,
permitió a sus miedos ser los jardineros
y los miedos tan ladinos, tan arteros,
son los dueños absolutos de sus sueños.

Viviana Laura Castagno Fuentes

                       

martes, 8 de octubre de 2019

POESÍA PARA "POLDY "


¿Sabes?, estás en mí desde siempre.
Era una niña con sed de libros,
cuando irrumpiste cual brisa que acaricia
y con tu prodigiosa letra, la saciaste.

Querida, moras en mí todo el tiempo,
siento como si te asilara a veces,
como si tu voz tan cálida y dulce,
pidiera permiso para ingresar un rato.

Y por supuesto que abro las puertas 
y ventanas, hasta habilito el techo 
con su claraboya, o los ojos de buey,
todo está permitido para que entres.

Si has sido un ser de entregas tantas,
en ti no cabían mezquindades,
eras luz en noches de desvelo
cuando un libro tuyo con voracidad leía.

¿Sabes algo?, te extraño tanto, tanto,
si hasta siento a veces que me dictas
lo que mágicamente de mis entrañas emana,
sin que exista un borrador previo
para ser corregido.
      
Muchas gracias por haber existido,
estás atesorada en cada célula mía,
no muere nunca quién con el alma escribe
no te has ido Poldy, vives en cada libro,
que con amor sin límites has pergeñado.

Estás en las flores que ornan jardines,
en las aves que estrenan cantos,
en estridentes primaveras tus palabras cuajaron
y en el aire que inhalo quedaron esparcidas.

Porque las has soltado, no las secuestraste,
hasta en ello fuiste un ser magnánimo.


Es mi humilde homenaje a una escritora que admiré y admiro:
"Poldy Bird". A veces el destino teje su trama tan especial y única, estuvo viviendo unos años en la Ciudad de Monte Caseros (Corrientes) donde nací y viví hasta mis veinte años.

Viviana Laura Castagno Fuentes

sábado, 5 de octubre de 2019

UN ÚTERO VEGETAL


Si la observamos,
sin esmero, ni importancia,
y sin mirar siquiera,
ella es una especie más
que la natura nos ofrenda.

Pero hay que escudriñar
con ojos sensibles y atentos,
y veremos a las aves danzar
mientras la circundan,
y sus coreografías despliegan.

Vuelan hasta ella con bríos,
y justo allí desaparecen,
se empotran en algún lugar
entre su desordenada cabellera
y la redondez de su cuerpo
que a la tierra se aferra.

Es un gran útero protector,
una madre contenedora
que varias especies atrae
y en sus entrañas acuna
ella es la prodigiosa...
Mamá Palmera.

Viviana Laura Castagno Fuentes


                              

martes, 24 de septiembre de 2019

CUIDAR A LA POESÍA


Cuando los sentimientos, son ausencias,
cuando las palabras están habitadas
por vacíos, porque a la cita faltó el amor,
la poesía no existe, muere lentamente.

Porque, hay que obsequiar con creces,
sentimientos en palabras empotrados,
para que logren ingresar a un corazón,
sin lastimar un ápice, solo para cautivarlo.

No maten lo meduloso, con raciocinio,
es para los manuales, las enciclopedias,
pero a las poesías,
hay que sumergirlas enteras
en océanos de amor,
para que en plenitud naveguen.

¿Quién osaría ver fenecer en soledad,
a tantas letras que en el alma se gestaron,
para disfrazarse luego de amorosas emisarias
que dentro de una poesía
su magnanimidad ofrendan?

No maten a la poesía, no lo hagan,
ella exige tan poco y se entrega entera,
solo hay que insuflar sentimientos genuinos
y en cautivar corazones, se esmerará sola
porque para ello, entre letras que la acunaron
fue delicadamente concebida.

Viviana Laura Castagno Fuentes

MI DESPERTADOR



Cuando aún la luna sigue incólume
en un cielo que parece mecerla,
los destellos rojizos de un sol en ciernes
presagian el espectáculo de un alba,
que a la noche, con su luna, está despidiendo.

Mientras el espectáculo acontece,
mientras el cielo abre sus párpados,
un visitante puntual y diminuto,
ha logrado arrebatar mi sueño,
y su melodiosa sinfonía, tan versátil y única,
en un arrobamiento absoluto me ha sumido.

Su canto posee variaciones, es desinhibido,
si hasta parece que fuesen varias especies,
un majestuoso coro de avecillas en concierto.

Pero no, es sólo uno, un maravilloso zorzal,
el osado que logró interrumpir mi descanso,
aquí está él, mi especial y puntual despertador
para explicar con contundencia,
que el verdadero sueño, no era estar dormida,
sino bien despabilada,
para poder celebrar tanta magia.

Viviana Laura Castagno Fuentes
                 

sábado, 21 de septiembre de 2019

MI GESTA


Mis noches, a veces tan largas,
otras tan breves y acotadas,
tienen a mis sueños desvelados
y mi imaginación, adormilada aún,
intenta ir en búsqueda de palabras
que por el universo vuelan.

Cuando la gesta comienza,
cuando mi mente ha diseñado algo
no existen anotadores
solo la anuencia de los recuerdos
que si despiertan aún lúcidos
en poesías serán plasmados.
 
Es una suerte de desafío
la mente urde, el alma calma,
y en el fragor de esa lucha mansa,
hay palabras desordenadas que exigen
un lugar donde acomodarse, un asilo,
pero no hay papeles, ni lapicera,
sólo recuerdos, que al alba despiertan.

Si están despabilados, habrá un anclaje, 
un anotador silente, que sobre la mesa aguarda,  
de lo contrario, solo habrá palabras huérfanas,
por lo inconmensurable del universo, vagando.

Viviana Laura Castagno Fuentes


                

viernes, 20 de septiembre de 2019

EL IRASCIBLE


Un viento implacable,
brama con intensidad y carácter,
azota con fuerzas las ramas todas
hasta los tallos férreos están cediendo,
ante su demoledora insistencia.

Tranquilo, mengua un poco,
hay aves desorientadas, timoratas,
porque su vuelo interrumpes
ellas prefieren la calma, lo predecible,
sería atinado que a brisa suave retornes.

Simulas ser un león, en tus fauces 
invisibles moran mordiscos,
cada vez que tus rugidos
encuentran alguna resistencia.

Una pared está conteniendo tu ira,
porque tu ímpetu, tu persuasión,
ha desbaratado la prolijidad
de un jardín primoroso,
que enmarañado entre sus restos solloza.


Viviana Laura Castagno Fuentes
            

domingo, 15 de septiembre de 2019

LA RESILIENTE



No descalifiquemos al invierno
él posee también sus potestades,
 —hay una planta que de belleza huelga—
y eligió a los fríos para deleitarnos.

Violeta se llama, la distinguida dama,
—violeta de los Alpes—
desde allí ha viajado,
exhibe su beldad con desmesura,
medra sin límite entre la nieve.

Posee dones extraordinarios, únicos,
es una pedagoga sobre supervivencia,
está despabilada cuando el frío arrecia,
pero climas cálidos, en bella durmiente la tornan.

Permanece latente, hasta que su príncipe,
con besos gélidos llega a despertarla
y comienza con elegante sigilo
la magia toda del renacimiento.

Ella es un bellísimo paradigma, 
es la fortaleza en la adversidad,
una pedagoga magistral
da lecciones inherentes a la vida.


Viviana Laura Castagno Fuentes

MIS DESVARÍOS

 

Me invadieron los recuerdos otra vez,
biblioteca magna que el alma atesora
donde con minuciosa prolijidad ordena
los vestigios todos de las experiencias.

Imaginaba, si este invierno tardío,
cediera con su obstinación en perpetuarse
y avalara el ingreso de una primavera
que con sus preñeces se está anunciando.

Y pensaba, con obstinación diría,
tal vez logre verte en los jazmines
que a un muro vetusto están disfrazando,
o en las golondrinas alborotadas
que su comprensible cansancio
en nidos antiguos están dejando.

Pero, la realidad me despierta
con la solvencia que la caracteriza
¿Por qué vendrías con ella
si lo nuestro ha fenecido?

Los recuerdos, me han traicionado,
insisten en devolverte a un presente
que de ausencias viste
y de un futuro está huérfano.

Tramposos, son tan ladinos,
urdieron una celada perfecta
me hicieron creer que la primavera
poseía dones mágicos
para despertar lo que muerto estaba.

Lo nuestro está en la biblioteca
allí, donde cómodos habitan
los recuerdos aun despiertos
y a mí me compete comprender
que para siempre te has ido
y no habrá preñeces pródigas, 
ni cielos diáfanos, ni jazmines,
que a este presente aciago
logren devolverte.

Viviana Laura Castagno Fuentes

sábado, 14 de septiembre de 2019

DUENDES ARQUITECTOS

Un tronco leñoso, se ha convertido,
gracias al esfuerzo y la magia,
en una coqueta y amorosa casa,
que los duendes construyeron.

El bosque generoso habilitó
a todas sus especies arbóreas,
para que los duendes eligieran,
y allí está, la obra maestra terminada.

Es preciosa, tiene hasta iluminación,
pergeñada por solícitas luciérnagas,
junto a haditas diseñadoras,
que en conjunto formaron un gran velador,
para que las noches, se parezcan al día.

Hasta un precioso jardín cultivaron,
un sendero con rosas rojas, radiantes ellas,
mientras una enredadera curiosa,
desde el árbol primoroso, se descuelga.

El árbol, los duendes y las hadas, una simbiosis,
cuando hay interés en ayudar, hay modo,
ahora ya tienen su hogar en el bosque,
hasta hay unos hongos con actitud vigilante.

La felicidad está asegurada,
los duendes serán del árbol, sus protectores,
mientras él les provee su cómoda casa,
la fuerza del amor ganó de nuevo,
y eso es lo más maravilloso de todo.


Viviana Laura Castagno Fuentes


         
                       

PARA MI HERMANO


Cuando intuyas que se derrumba el cielo
y no atisbes reparo que te preserve,
cuando los fríos tardíos te entumezcan
porque la primavera retrasó su llegada,
toma mis manos hermano mío, son tuyas.

Cuando los caminos harto conocidos
se tornen extraños y en ellos te extravíes,
cuando las certezas sean imponderables
tu paz arrebaten y en el caos te suman,
toma mis manos hermano mío, son tuyas.

Cuando los dolores, esos osados invasivos
desbaraten tu mundo hasta ayer previsible,
cuando un vendaval tu barca inunde
y percibas que no hay puerto seguro
donde anclar las fragilidades
toma mis manos hermano mío, son tuyas.

Porque, cuando han explotado
mis galaxias, me aferré a las tuyas
y comenzó la gesta que erigió
la demolición que yacía dentro.


Viviana Laura Castagno Fuentes