Si la observamos,
sin esmero, ni importancia,
y sin mirar siquiera,
ella es una especie más
que la natura nos ofrenda.
Pero hay que escudriñar
con ojos sensibles y atentos,
y veremos a las aves danzar
mientras la circundan,
y sus coreografías despliegan.
Vuelan hasta ella con bríos,
y justo allí desaparecen,
se empotran en algún lugar
entre su desordenada cabellera
y la redondez de su cuerpo
que a la tierra se aferra.
Es un gran útero protector,
una madre contenedora
que varias especies atrae
y en sus entrañas acuna
Es un gran útero protector,
una madre contenedora
que varias especies atrae
y en sus entrañas acuna
ella es la prodigiosa...

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