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sábado, 18 de mayo de 2024

EL OCASO

 

Aquel cielo cómplice

-el nexo donde coincidíamos- 

bajó el telón un día

secuestró su magia

y apagó para siempre

el lucero donde nos mirábamos. 


Los caminos recorridos

quedaron en la memoria,

yacen atesorados

eran tan vastos, tan pródigos,

hoy poseen carteles de clausura.


La luna que guardaba

nuestros anhelos cada noche, 

tiene su faz cansada

minimizó el brillo inmaculado

porque sucumbieron los sueños. 


Las aguas impetuosas del río 

en estanque devinieron, 

en un acto de empatía tal vez

decidieron ser aguas quedas

acompañando el final inesperado


Las gardenias primorosas 

menguaron el esplendor

esa madrugada,

la espera fue estéril

y ellas sobre esperas

no comprenden, son flores.


Los proyectos amorosos 

se volatilizaron, 

no hay luna, ni nexo 

se confundieron los caminos 

hacia ningún lado, 

y por tristeza

las gardenias fenecieron. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

SILENCIOS


Cuántas veces

cuando en libertad

a mi mente dejo,

de silencios hondos se inviste

y solamente la quietud reina.


Cuántas veces

cuando en nada pienso,

en una montaña informe

de mutismos

sin advertir siquiera, 

me convierto.


Pero no hay vacíos, 

aun silente, aun ausente,

hay palabras empotradas dentro

que plácidamente

su momento esperan.


Cuántas veces

solo páginas en blanco poseo,

pero, aunque en apariencia

ni renglones ostentan

si escudriñas con esmero

verás que están llenas.


Cuántas veces

me percibo completa

aun vacía,

trampas que tiende mi mente

porque sobre sofismas

ella es una experta.


¡Cuántas veces!


Viviana Laura Castagno Fuentes

¿DUEÑOS?

 

Nada decidimos en realidad, siempre lo hace la vida por nosotros. Tal vez, algunas veces nos permite que creamos que tenemos alguna injerencia, pero al camino lo construye ella y con un guiño de complicidad o un gesto afable nos habilita el viaje.

Un viaje que ostentará precipicios insondables, fiordos inasibles, pero también suaves valles con una delicada alfombra de gramilla y flores silvestres para garantizar el disfrute, que tendrá por supuesto sus intermitencias.

Porque nos sorprenderán - cuando más distraídos estemos - borrascas inesperadas que nos obligarán a buscar un albergue hasta que la iracundia amaine.

Creer que nuestros proyectos podemos materializar por un mero voluntarismo - en no haber comprendido nada -, las vicisitudes son tantas y tan sorpresivas, hábiles en desbaratar lo que habíamos pergeñado y siempre o casi siempre -nos sorprende desnudos y vulnerables-.

Hay que otorgar el espacio necesario para las contingencias, somos pasajeros efímeros, aunque a veces presumamos -con cierta dosis de soberbia- que somos los conductores.

Dueños de nada, de todo somos los inquilinos.

Y cuando la travesía su fin atisbe, no será con nuestra anuencia, sino que seremos sorprendidos, avasallados por los imponderables, porque así de impredecible y recalcitrante es la vida.

Viviana Laura Castagno Fuentes

jueves, 16 de mayo de 2024

DESPERTARON ELLOS...


He fracasado otra vez, he sido derrotada por los recuerdos que hoy -en un acto de conspiración- se inmiscuyeron todos juntos y mi aparente serenidad alteraron.

Pueden conmigo, demolieron mis cimientos que cierta solidez tenían y el proceso comienza de nuevo.

Recuerdos, es la vida toda en los entresijos de la mente atesorados - ¿o en alma en realidad? -, acumulan la historia de una travesía que posee a todos los accidentes geográficos y más todavía.

Es mentira, nadie puede evitar que despierten, es una tarea harto imposible intentar ignorarlos, porque son quienes nos edifican, sin ellos estaríamos vacíos, incompletos, seríamos una hechura a medias. 

Evadir a los recuerdos es como pretender una biblioteca sin libros, un río sin sus vados o meandros, un adiós sin lágrimas, un árbol huérfano de sus aves y sus nidos. 

Llegaron cuando estaba absorta en mis tareas matinales, una fotografía tuya generó el desconcierto que arrasó con mi vergel, agigantó el páramo que se aposentó en cada intersticio y doblegó mi estabilidad- esa que creía férrea y contundente-.

Porque, aunque transcurren los meses y la adaptación organiza el desorden interno, a veces basta un indicio solamente para que el caos se adueñe de mí y en él vuelvo a extraviarme.

Recuerdos, esa biblioteca magna que poseemos, ellos nos traen la paz anhelada o el averno, viven acurrucados y en silencio, hasta que una fotografía los despabila y logran desafiarnos.

Entonces comienza la gesta, debo erguirme de nuevo, abrevando en los momentos maravillosos que me erigieron.

 Y definitivamente, - es en tu amor inconmensurable donde encuentro mi anclaje -, ese amor que no tendrá parangón alguno - porque nadie me amará como lo has hecho- y es él quien me convoca a continuar a pesar de todas las inclemencias con sus páramos y vergeles incluidos.

Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 12 de mayo de 2024

LLEGÓ LA RIADA

 

Ese mismo río,

el que prohija 

y justifica al pueblo. 


Ese mismo río,

el tácito nexo

entre países hermanos.


Ese mismo río,

el cobijo amable

de la diversa natura. 


Ese mismo río,

el obsequiador

de dones inigualables.


Ese mismo río,

el espejo de agua

donde se miran los árboles. 


Ese mismo río,

a bella cascada torna 

y a estanque mudo regresa. 


Ese mismo río,

mutó hace unos días

de amparador a verdugo.


Ese mismo río, 

una oda, una desmesura, 

ahora, los está inundando. 


Viviana Laura Castagno Fuentes

AMORES VERDADEROS


Hay amores

que de tan profundos

raíces tercas expanden,

son bosques en sí mismos

son universos eternos.


Hay amores

sutiles y lejanos

sobreviven al tiempo

y a las distancias,

que lejos de separarlos

más y más los acercan.


Hay amores

que mutan en silencio

mientras crecen,

aunque en apariencia

simulen ser faros

que se apagan.


Hay amores

tan únicos

y extraordinarios

que en luz mutaron

y alumbran desde adentro

porque se invisibilizaron.


Hay amores

que saben sobre cielos

porque son sublimes,

habitan en el alma

y con ellos,

ni la muerte pudo,

ni podrá nunca.


Viviana Laura Castagno Fuentes

SOBRE MI ABUELA

 

Inhóspitas - dijo, con la sinceridad que le caracterizaba.

Y en realidad me dejó atónita, porque era suave y amorosa con sus palabras, las cuidaba, era una garante del buen decir, herencia de su prolífico pasado en el orbe de la docencia.

Tal vez, algo había percibido de aquella persona, un sesgo que le había inquietado mucho y sintió que su seguridad estaba un tanto amenazada.

¿Qué había sucedido en ese encuentro entre ambas?

Porque eran amigas desde siempre, coincidieron cuando la escuela primaria comenzaron y la relación sobrevivió durante ochenta y nueve años.

-Gente inhóspita, reiteraba cuando su mente a solas divagaba.

Y tuve mis reticencias debo admitirlo, no logré atravesar las murallas que mi timidez levantaba, era una jovencita a la sazón -con las restricciones que el respeto y la sobriedad me imponían-, enseñanzas aprendidas en mi hogar, era improcedente avanzar sobre los límites de los otros.

Hoy, cuando los recuerdos comienzan a entrometerse en este presente tan incierto y doloroso, con ellos se aparece otra vez mi abuela, es una presencia que aun ausente, logra agigantarse día a día.

Inhóspita, gente inhóspita, y heme aquí intentando dilucidar cuánto dolor le había causado una actitud que quedará petrificada en ese adjetivo solamente, porque se llevó consigo todas las respuestas.

Mi abuela era amiga de sus amigas y jamás se detendría en desnudar los secretos que a sus relaciones arropaba.
Me quedaré para siempre con esa expresión de "gente inhóspita", un tema entre adultos que una jovencita muy tímida supo que no debía invadir nunca.

Ella era mi abuela y yo la nieta que solamente admiración por su avasallante personalidad sentía.

-Gente inhóspita- y será esa la única explicación que se quedará albergada entre mis prolíficos recuerdos para siempre, hasta que la vida nos reencuentre en algún lugar privilegiado, donde las aclaraciones serán cosa nimia, porque se impondrá el alma y desde allí nos conectaremos.

Viviana Laura Castagno Fuentes

sábado, 11 de mayo de 2024

EL HEREDERO

 


Cuando salió del café 
-donde cada tarde merendaba
desde hacía casi cuarenta años-
la primavera con su brisa amable
a caminar lo invitaba y aceptó,
era su estación preferida
y no deseaba desdeñar su gentileza.

Comenzó a transitar las calles estrechas
-por adoquines alfombradas- 
disfrutando de un espléndido crepúsculo
que de a poco, a la noche, su lugar cedería.

Cuando a su casa llegó, un imprevisto alteraría el acceso, 
las llaves que abrían la puerta no estaban en el bolsillo de su abrigo,
-aunque hurgó y hurgó-, la búsqueda fue infructuosa e
imaginó que en aquel café olvidadas quedaron. 

Tuvo que regresar otra vez,
la encargada seguramente las había guardado
-con la gentileza que la caracterizaba-
y seguramente ahí habían quedado por un descuido, nada más que eso. 

Pero, allí no estaban tampoco,
emprendió el regreso alterado,
aunque la amable encargada 
le sugirió que no se preocupara tanto.

Fue una sugerencia inoportuna,
-la preocupación ya estaba instalada-
era tan minucioso con todo,
no cabía la posibilidad de un extravío,
a él, estas nimiedades no le sucedían.

Llamó al amigo cerrajero,
quién sería portador 
de la solución deseada,
el hombre -munido de sus herramientas-
daría testimonio de sus habilidades,
pero la gran sorpresa lo dejó estupefacto:
a las llaves no las había olvidado en el viejo café,
-las había dejado adentro- cuando partió.

Indicios, síntomas inequívocos, 
que una luz de alarma activó.
Él, tan precavido, tan meticuloso,
no olvidaba nada, era la primera vez.

Supo, desde ese momento,
que su memoria comenzaba a declinar,
ese crepúsculo primaveral que amaba,
no era un espectáculo que estaba afuera solamente, 
se apoltronaba cómodamente adentro ahora. 

Era el heredero de la misma enfermedad
que tuvieron años atrás sus padres,
cuando la mente inevitablemente 
el laberíntico viaje hacia su ocaso emprende. 

Viviana Laura Castagno Fuentes

EL OSADO

 

Tengo un páramo

que atiza 

desde las profundidades.


Es un usurpador,

un impertinente

un osado sin límites.


Sabe muy bien,

invade un sitio íntimo

un espacio reservado.


Tengo un páramo

que se empecina 

en expulsar a un vergel,

y sabe que perderá 

ante las glamorosas glicinas.


Tengo un páramo,

un usufructuario irredento

un perdedor nato

que será desalojado 

por una primavera perpetua.


Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 8 de mayo de 2024

LA SEMPITERNA

 

Si de mí dependiese

haría un pacto íntimo, 

tal vez sea una osadía

o una injerencia inapropiada, 

pero juro, que lo intentaría.


Si de mí dependiese,

aun con el mundo en contra

establecería cambios drásticos,

serían sin preparación alguna

sucederían en cuestión de horas.


Si de mí dependiese,

las glicinas, los jazmines, 

las bellísimas camelias matizadas,

los vergeles, el cielo diáfano,

gozarían de una perpetuidad asegurada

porque habré pactado con la natura:

"la estancia de una primavera sempiterna".


Todo eso y mucho más también

-si de mí dependiese-.


Viviana Laura Castagno Fuentes

EL PACTO

 

Escucha amiga, escúchame,
es un diálogo a solas el nuestro,
-no hay nadie que pueda invadirnos-
por lo tanto, tengo una propuesta.

Cuando por mí vengas amiga
hazlo a hurtadillas, 
sabremos ambas
-porque no habrá testigos-
que será un pacto,
un secreto sellado.

Solamente solicitaré unas licencias,
abre todas las ventanas que encuentres,
deja entrar la luz del sol un rato
mientras me embriago con los aromas.

Cuando la natura se haya empotrado,
con sus ríos, sus árboles, sus avecillas,
cuando el cielo haya convocado
a sus estrellas y a su luna somnolienta.

Cuando en cada intersticio mío
jardines y vergeles hayan florecido,
entonces sí, libera a mi cuerpo amiga,
porque mi alma entera,
que es sabiduría prístina, innata,
-ella habrá partido antes-.

Viviana Laura Castagno Fuentes

martes, 7 de mayo de 2024

JUNTO A MÍ, DESPIERTAS


No logro olvidar
por un instante,
que la estancia de un otoño
recién estrenado y lluvioso
te ha traído para que recuerde
que jamás te has ido, es la mente 
la que olvida para menguar daños.

Y todo es un comienzo,
es como una rebeldía del alma
algo está manifestando
y tal vez, sea yo 
quién no comprende
lo que sí comprendió ella
hace mucho tiempo.

Estabas en un lugar privilegiado
no había intersticio habilitado
para que te escurrieras,
pero el alma con sus estrategias
ante mí, tu presencia aún ausente
ha despabilado y aquí estás ahora.

¿Qué hago, si por dentro estoy vacía,
si te has llevado todo y en desnudeces vivo?

Y digo otoño, pero cada estación te convoca,
mientras te imaginaba dormida
en un plácido universo donde los dolores
no existen o están volatilizados,
pero hoy, muy dentro de mí,
con o sin otoño has despertado 
como cada día, justo cuando despierto yo.


Viviana Laura Castagno Fuentes

MIS ESTRATAGEMAS


Y heme aquí,

intentando domeñar

a un río que llevo dentro

que intenta con vehemencia

convertirse en mar.


Y heme aquí,

suavizando las laderas

de imprudentes montañas

que en mi camino

osaron atravesarse.


Y heme aquí,

preparando un jardín

saturado de glicinas 

para exiliar a un páramo

que se cree un huésped.


Y heme aquí,

abriendo todos los cielos

convocando a las estrellas

y a la nívea luna también

-para apaciguar a la tristeza-.


Y heme aquí...


Viviana Laura Castagno Fuentes

POR TI

 

Cuando estoy a tu lado

se volatilizan las distancias

desaparecen las fronteras

no hay límites, no hay nada.


Cuando estoy a tu lado, 

el invierno se vuelve primavera

y reverberan con prestancia

los esplendores que segó el

verano. 


Cuando estoy a tu lado, 

mutan a principios los finales, 

y se reducen a suaves lomas

las imponentes montañas. 


Cuando estoy a tu lado, 

no existen los imposibles

nacen fuerzas insospechadas

que a los sueños despabilan.


Todo ello y mucho más 

porque estás a mi lado

con tu amor inconmensurable 

-que trascendió en estío-. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

NO PUDE HERMANO...

 

Y acurruqué todo mi adiós, todo, 

ese que jamás pude darte, 

no existen las despedidas, 

no existen, 

cuando está en el alma tu 

hospedaje. 


Y confieso que me asfixié 

aquel día, 

en un mar insondable de lágrimas 

emergí hacia zonas calmas 

-solo por un lapso-

y me hundí en las turbulentas.


Y se oscureció el cielo diáfano, 

él, que es mi guía y parámetro, 

aun cuando exhibía exultante

a su sol que sobre luces  

es un paradigma.


Y supo el camino ese día 

que a la mirada huérfana 

y ausente, 

no supo resarcirla un pinar esbelto

ni los verdores tímidos 

e incipientes. 


Y me eclipsó la desazón primero

y el desgarro que se aposentó 

luego, 

porque a este abrupto final 

hermano, 

no lo había imaginado... nunca. 


Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 1 de mayo de 2024

TU VIGENCIA



Es inevitable

regresar hasta ti

cada vez que el frío atiza

y sabes muy bien

no es el frío estacional

el que refiero,

sino el que lastima

y se ensaña

mientras a mis límites desafía.

Es inevitable

regresar hasta tus ojos

cada vez que el cielo

su azul límpido exhibe

y te busco

entre los diseños

que nubes etéreas dibujan.

Es inevitable

no hallarte en la sombra

que el sauce proyecta

cada atardecer

cuando la luz del sol

entre su follaje majestuoso,

se inmiscuye.

Pensándolo bien

todo es inevitable,

porque eres una referencia

contundente, tangible, férrea,

de cada manifestación

que la natura ofrenda

allí, donde la vida vibra

con sus ímpetus irrefutables.

Regresar hasta ti

es una delicia,

un acto inconsciente

cada vez que la mente

y el alma cohesionados

en un gesto de complicidad

-tan magnánimo, como único-

te arrancan de ese interregno

inexplicable e incomprensible

que es la muerte.




Viviana Laura Castagno Fuentes



lunes, 29 de abril de 2024

SOBRE ADAPTACIONES

 

Me acostumbré

a vivir en la incertidumbre

y a sostener la pared

donde me apoyo.

Me acostumbré

a caminar por desfiladeros

cada vez que la vida

hacia límites insospechados

me empuja.

Me acostumbré

a disfrutar otros cantos

y otras sombras

cuando vicisitudes inesperadas

a mis árboles y a mis aves 

desgarraron. 

Me he acostumbrado 

a todo

o a casi todo diría, 

pero a vivir 

con tu ausencia

y sin tu sempiterna

sonrisa

en tu mirada anclada

a ello...

no me acostumbraré nunca.


Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 28 de abril de 2024

¿QUÉ ES EN REALIDAD?

     

¿Y qué es la vida?

Tal vez la vida sea la gota
de rocío recién estrenada,
sobre el pétalo de una gardenia
que de tan nívea, de cristal parece.

O tal vez, la vida sea
la danza de un delicado colibrí,
agitando sus alas rítmicamente,
mientras pide permiso a un hibiscus
para libar su preciado néctar.

Y la vida es tanto, porque es todo,
no le hagamos tantas preguntas
ella desea respuestas,
porque es sinónimo de verbo 
no de sustantivos.

Viviana Laura Castagno Fuentes

viernes, 26 de abril de 2024

CADA VEZ QUE TE VAS

 

No te ausentes, 

porque cuando lo haces

te llevas toda mi luz

y me extravío en las tinieblas.


No te ausentes así,

en silencios ataviada

hazlo con estridencias al menos

así no habrá expectativas vanas.


No te ausentes, 

porque se entumece la poesía

huyen las letras de mí

te extrañan, están huérfanas.


No te ausentes nunca más,

eclipsas los amaneceres

cesa el río su discurrir

y se esfuman 

sus márgenes todas.


No te ausentes, 

quédate aquí, en tu casa,

somos dos almas en sincronía

aunque en apariencia,

-solamente en apariencia-

nos escinde la vida.


Quédate, no te ausentes,

fenecen las glicinas si lo haces

pierde su lustre el vergel

y se confunden 

estridentes primaveras

con hieráticos inviernos.


Quédate por favor,

deja que retornen mis letras, 

ellas se autoexilian, se van,

y en un esperpento, un remedo

me convierto si no estás.


No te ausentes, nunca más, 

enciende mis amaneceres

despierta a mis flores predilectas

devuelve el brillo al vergel 

retorna a mí: "inspiración esquiva". 


Viviana Laura Castagno Fuentes


LOS REINCIDENTES

 

Cada vez que mis miedos atizan,

realizo un viaje imaginario, íntimo,

busco la montaña más alta 

y desde la cúspide los arrojo.


Cada vez que mis miedos asoman,

hacia el océano me acerco 

aguardo a las olas más altas 

y en sus entrañas los ahogo.


Cada vez que mis miedos acechan,

preparo el desalojo inminente,

enmudezco a la mente mercenaria

y entrego todas las potestades al alma.


Cada vez que mis miedos cancelan 

o intentan mutilar mis sueños,

se desata la más cruel de las batallas

-o fenezco yo o fenecen ellos-

no les habilito estratatagema alguna.


Viviana Laura Castagno Fuentes