Ese mismo río,
el que prohija
y justifica al pueblo.
Ese mismo río,
el tácito nexo
entre países hermanos.
Ese mismo río,
el cobijo amable
de la diversa natura.
Ese mismo río,
el obsequiador
de dones inigualables.
Ese mismo río,
el espejo de agua
donde se miran los árboles.
Ese mismo río,
a bella cascada torna
y a estanque mudo regresa.
Ese mismo río,
mutó hace unos días
de amparador a verdugo.
Ese mismo río,
una oda, una desmesura,
ahora, los está inundando.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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