Y heme aquí,
intentando domeñar
a un río que llevo dentro
que intenta con vehemencia
convertirse en mar.
Y heme aquí,
suavizando las laderas
de imprudentes montañas
que en mi camino
osaron atravesarse.
Y heme aquí,
preparando un jardín
saturado de glicinas
para exiliar a un páramo
que se cree un huésped.
Y heme aquí,
abriendo todos los cielos
convocando a las estrellas
y a la nívea luna también
-para apaciguar a la tristeza-.
Y heme aquí...
Viviana Laura Castagno Fuentes

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