Agradezco
—el amor inconmensurable—
y la ausencia de mezquindades.
Agradezco
—la bondad en la mirada—
que junto a la sonrisa convivía.
Agradezco
el estoicismo y la empatía
cuando arreciaban las inclemencias.
Agradezco
—los vergeles y jardines—
aun cuando el invierno acicateaba.
Agradezco
—la magnanimidad, la alegría
y la entrega inigualable—.
Agradezco
—la transmisión de valores—
inherentes a la condición humana.
Agradezco todo
—hasta los límites establecidos—
porque la libertad sin ellos no existe.
Agradezco
—los nobles paradigmas—
lo demás carecía de hospedaje.
Agradezco tanto, tanto...
la vida contigo era una delicia
hoy, la delicia es y será recordarte.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















