Te extraño,
cuando juega el viento
entre los abigarrados follajes
mientras a las aves despierta.
Te extraño,
mientras el café se enfría
porque aún te espero
intentando derribar los imposibles.
Te extraño,
cuando la mar embiste
a los distraídos acantilados
y luego, desahuciada retrocede.
Te extraño,
mientras observo los brotes
de una suculenta delicada
que en rosas se ha convertido.
Te extraño,
y es un sentimiento irrevocable
una parte de mí es terrenal
pero la otra — junto a ti vive—.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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