En un desvencijado muelle,
dos cuerpitos suaves y temblorosos,
esperan a su compañero con ansias,
él está intentando con gran empeño,
obtener el sustento, que el lago amigo,
con magnanimidad le obsequia.
Es un placer, un disfrute observarlos,
poseen una intuición única,
—conocen el arte de la paciencia—
deben estar quietos y silenciosos
para no asustar a los peces,
tan timoratos y escurridizos.
La tarde comienza a despedirse
pronto el cielo estrenará otras luces,
—fue exitosa la labor—
y habrá alimento,
porque dos gatitos sabios y fieles,
junto a su amoroso compañero
fueron los artífices perfectos.
porque dos gatitos sabios y fieles,
junto a su amoroso compañero
fueron los artífices perfectos.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















