Sus tablas grises y secas,
son la alfombra roja extendida,
para dar la bienvenida
a los visitantes, a quienes aguarda.
Todo es silencio, solo se escucha,
rugir al viento y los graznidos
de gaviotas ansiosas y bulliciosas
que ofician de damas de ceremonia.
El muelle es el único nexo,
la conexión con el afuera,
que poseen los habitantes
de una isla, el paraíso en la tierra.
Él se siente el protagonista,
y lo es en realidad, porque tiende
su brazo de madera áspera y húmeda,
hacia un lago taciturno que duerme.
Si no lo hiciese, si no besara a las aguas,
aislaría a sus isleños del mundo
y privaría a los visitantes diarios
disfrutar de sus entrañas de ensueño.
Viviana Laura Castagno Fuentes
son la alfombra roja extendida,
para dar la bienvenida
a los visitantes, a quienes aguarda.
Todo es silencio, solo se escucha,
rugir al viento y los graznidos
de gaviotas ansiosas y bulliciosas
que ofician de damas de ceremonia.
El muelle es el único nexo,
la conexión con el afuera,
que poseen los habitantes
de una isla, el paraíso en la tierra.
Él se siente el protagonista,
y lo es en realidad, porque tiende
su brazo de madera áspera y húmeda,
hacia un lago taciturno que duerme.
Si no lo hiciese, si no besara a las aguas,
aislaría a sus isleños del mundo
y privaría a los visitantes diarios
disfrutar de sus entrañas de ensueño.
Viviana Laura Castagno Fuentes



















