Un viejo y resquebrajado muro
de ladrillos que cuentan historias,
está solitario, esperando el cambio
que traerá la exuberante primavera.
Su cuerpo luce desnudo, derruido,
ostenta cicatrices varias
pero aun así, tiene una alegría aposentada
en su íntegra alma de adobe y barro.
El milagro ha comenzado,
han edificado un cantero a sus pies
para cultivar una dúctil enredadera
que será el atavío para su desnudez.
Luce espléndido, los meses pasaron
la planta desplegó sus brazos
para engalanarlo con hojas brillantes
son olas vegetales mecidas por el viento.
Se hizo realidad tu sueño muro viejo,
manos generosas sembraron una belleza
la enfermera que suturó tus heridas
eres ahora, el príncipe de los patios.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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