Y un día inesperado, partió
con rumbo desconocido.
A nadie dijo a dónde iría
porque ella tampoco lo sabía.
Aunque muy íntimamente
seguiría a la brújula
que su alma tiene,
esa que jamás le fallaría
porque de amores y certezas
ha sido edificada.
El viaje, ese que tanto anhelaba,
tenía como único equipaje
un corazón rebosante de ilusiones,
sentimientos ciertos e inconmensurables.
Estaba feliz, su rostro resplandecía,
era una niña, pero esta vez más atenta,
la ingenuidad ya no estaba tan asida,
su alma es virgen, pero su mente es vieja.
Que tu camino sea la felicidad tan deseada,
no distraigas tu mirada, enfrenta lo incierto,
has iniciado un viaje dentro de otro viaje,
ya no hay tiempo para arrepentimientos.
Viviana Laura Castagno Fuentes

No hay comentarios.:
Publicar un comentario