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jueves, 15 de agosto de 2024

MIGRACIONES


Cuando un ser amado

—viaja hacia su exilio—

comienza un aprendizaje

que exige todo de nosotros.


Porque aparece la ausencia

—esa presencia inefable—

que solo el alma percibe,

aunque un galimatías parezca. 


La invisibilidad genera

—una confusión insondable—

y el arrebato inaugura 

espacios baldíos y solitarios.


Nada queda indemne,

se produce un colapso

—que por dentro nos vacía—

y nos conmina a reconstruirnos. 


¡Cuántas veces he deseado!

caminar hasta la mar 

para que sus fauces 

me devoren, y acabar 

con lo que de mí ha quedado. 


Pero la inevitable sensatez

se imponía a tiempo,

no deseaba fenecer yo

sino matar al dolor 

que me desgarraba.


Hoy, el aprendizaje continúa,

extrañar no tiene analgesia

migró de lugar solamente,

antes estaba en el pecho

ahora se acomodó en el alma.


Viviana Laura Castagno Fuentes

miércoles, 14 de agosto de 2024

CUANDO HAY EXILIOS


Cuando los intentos

—son estériles, vanos—

porque las palabras

en confusión se encuentran.


Cuando el reloj

es un simple indicador

—de horas dilapidadas—

en un mar sin puertos.


Cuando el caos es amo,

—porque la inspiración—

su exilio ha iniciado

y desvalida me encuentro.


El momento ha llegado

—han sonado las alarmas—

y un viaje hacia la natura

será el único resarcimiento.


Y la magia se desata,

—bastó un ocaso estival—

para generar el embeleso

que convocó a mis musas.


Fue el asistente perfecto

que convenció a las palabras

—porque un poema inconcluso—

con clamor las demandaba.



Viviana Laura Castagno Fuentes

ETAPAS


Desearía muchas veces,

poseer la versatilidad,

la fortaleza y resiliencia

que exhibe la naturaleza.


Ser como la mar,

cuando a sus aguas 

en actitud de beligerancia

hasta la playa las acompaña.


¿Y si tuviese tal vez

la percepción del ave

cuando ante una borrasca

hasta sus cantos enmudecen?


O tener la robustez,

de los plátanos esbeltos

que resisten con hidalguía

cuando un vendaval los arrecia.


Pero muy dentro de mí

hay zonas calmas y bravías

y soy un roble muchas veces

pero otras, ante una llovizna

mi aparente estabilidad, colapsa.


Viviana Laura Castagno Fuentes

lunes, 12 de agosto de 2024

ACTOS FALLIDOS

 

Intento,

aun titubeando y frágil, 

descubrir la magia oculta

en la aparente insensibilidad 

de una piedra solitaria. 


Intento, 

celebrar la beldad de una rosa 

escondida en un pimpollo tierno

aunque laceren mi piel 

las espinas. 


Intento, 

solazarme en este cielo perfecto

cada vez que hallarme procuro

pero fracaso en el intento 

y en su vastedad me pierdo. 


Intento,

que mi mente se convenza

"que si no hay cohesión 

con el alma" 

los tercos desasosiegos 

harán de mí su presidiaria. 


Intento, 

aun allí donde lo mustio reina

descubrir lo pródigo, 

pero es estéril mi gesta

porque en mi alma

"moran ausencias irredentas". 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

domingo, 11 de agosto de 2024

ESTOICAS SOBREVIVIENTES


Los últimos embates 

de un invierno tan crudo

como recalcitrante,

ofrece espectáculos únicos.


Hay unas hojas tiritando

que supieron ignorar al otoño

y están aferradas todas ellas

a una macilenta rama de sauce.


Durante meses ofrendaron

una maravillosa lección 

sobre hidalguía y resistencia

y aun con todo en contra, viven.


Antes exhibían un verdor 

tan intenso como brillante,

pero hoy están deslucidas

y son jirones, esperpentos.


Creo que cederán muy pronto

sus fuerzas están menguando,

mis amorosas hojas resilientes

eludieron con bríos al otoño

pero ante el invierno, claudicaron.


Viviana Laura Castagno Fuentes


MI AGASAJADA


Dentro de mí
está hospedada
desde hace décadas,
la naturaleza toda.

No hay espacio
ni intersticio
tampoco sentimiento,
donde no more ella.

Albergo sus ríos caudalosos, 
sus lagunas amorosas
pero también los estanques
donde las aguas duermen.

Alojo a fiordos imponentes
que hunden sus pies
en un piélago tan ausente
como bravío, que los aguarda. 

Conviven en armonía
las estaciones todas
con sus peculiaridades
y sus disímiles personalidades.

Dentro de mí
bullen: la primavera,
el otoño, el estío e invierno
con sus soles y sus lunas.

Porque si así no fuese,
mi poesía estaría huérfana
abandonada a su suerte
y yo sin ella: no existiría.

Viviana Laura Castagno Fuentes

¡SILENCIO!

 

Hay momentos que invitan
—al silencio como respuesta—
porque cuando el dolor atiza
él obra como el mejor aliado.

El alma elude a los locuaces
—la atosigan innecesariamente—
ella es ama de sus tiempos
que son sabios y diferentes.

Existen tantas aflicciones
y cada quién es único,
—no hay una receta magistral—
ni una pócima 
con propiedades mágicas.

Dejemos fluir a los dolores
buscarán las hendijas exactas
—por donde realizar su éxodo—
porque siempre, siempre
las intervenciones ajenas, huelgan.

Viviana Laura Castagno Fuentes

jueves, 8 de agosto de 2024

RESARCIMIENTOS


Estoy descubriendo
—con enorme perplejidad—
que a mis fragilidades
les han brotado 
raíces nuevas y resistentes.

Las zonas yermas,
los desiertos interminables
y los ríos con lágrimas 
—que se habían petrificado—
están procreando un vergel
ahora.

Y no me atribuiré nada,
—no son logros personales—
sería una improcedencia
y un acto de irreverencia
hacer mío, lo que es ajeno.

El tiempo fue el artífice,
el que aportó cierta paz 
—a mi universo en ruinas—
es el que me está explicando
con enorme contundencia:
¿Por qué dueles todavía?

Viviana Laura Castagno Fuentes

lunes, 5 de agosto de 2024

KIKA

 

Lograste —aun después— 

de tu adiós inesperado,

modificar mi vida toda

y nada dentro de mí

ha quedado indemne,

cambié y seguiré 

cambiando 

—consecuencias inevitables— 

de un aprendizaje 

que redefinió todo. 


¿Y sabes algo?


No importa la edad

ni la tuya, ni la mía,

—porque no minimiza el dolor—

ni siquiera lo atenúa,

lo único trascendente

es la profundidad 

de los vínculos

que ambas construimos.


Es el amor 

después del amor,

—siempre te amé—

pero en mi madurez

se fue magnificando

y alcanzó su plenitud

—indefectiblemente—

mientras envejecías 

solo por fuera —asegurabas—

porque dentro de tu alma

eras joven todavía. 


Siempre te extrañaré

y también siempre habrá 

un sabor, un aroma,

una flor y hasta un gesto

—de entrega y generosidad—

que traerán tu recuerdo

—y tu vigencia inevitable—

porque es imposible olvidar

a quién me edificó con creces

con un amor único

e inexpugnable.


Viviana Laura Castagno Fuentes

jueves, 1 de agosto de 2024

MIS CONVICCIONES

 

Tal vez, 

me equivoqué 

de siglo.


Tal vez, 

debí ser hierática

aviesa e hipócrita.


Tal vez,

elegí mal el camino

era por otro mi derrotero.


Tal vez, 

mentir era redituable

y la verdad —un incordio—


Tal vez,

mi tímida prudencia

debió ser irreverencia.


Pero también es cierto:

que sí era este el siglo,

y era este mi derrotero. 


Y amo ser empática,

magnánima, genuina

y en verdades viajo. 


No me equivoqué,

—no tengo dudas al respecto—

porque conmigo...

se equivocaron los otros.


Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 28 de julio de 2024

EL PROTECTOR


Las macilentas ramas

de un provecto sauce

—exhiben su desnudez—

vestigios que dejó 

un otoño tan puntual

como recalcitrante.


Si lo observamos

—con los ojos solamente—

es otra especie vegetal

de las tantas que abundan,

—pero si aguzamos la mirada—

él es un regazo amparador.


Porque aun desnudo

y en apariencia aterido,

ofrenda su portentoso cuerpo

a una gran variedad de aves

que lo eligieron como 

un hogar permanente.


Son las extraordinarias

relaciones simbióticas

que la natura ostenta,

ayer nomás a él lo despojaban

—hoy en amoroso padre protector—

ha devenido, sin mezquindad alguna.


Viviana Laura Castagno Fuentes


viernes, 26 de julio de 2024

¿PREGUNTAS?


¿Me preguntas si he cambiado?

¡Claro que sí! —soy otra ahora—

y te aseguro que seguiré mutando

no elijo yo, —me exige la vida—.


Porque los imponderables

son esos maestros inesperados

—que llegan para aleccionarnos—

para que nada quede incólume.


Sería mejor cambiar 

cuando más plenos estamos,

pero nada bueno medra allí

—en el dolor está lo pedagógico—.


¿Y me preguntas si he cambiado? 


Será un proceso sempiterno

—y es mi derrotero—

navego en aguas bravías

estoy en el mar ahora

ya no más en mi río. 


Viviana Laura Castagno Fuentes


jueves, 25 de julio de 2024

ESTÁS, AUNQUE NO ESTÉS


Estoy muy consciente de que la palabra "olvido" —no tiene espacio en el diccionario de mi vida—, porque me dueles como el primer día y así será aunque transcurran mil años. 

Habrá quienes comprenderán lo que expreso, otros que no, pero ya nada importa, tu adiós ha sido y será el mayor de los dolores y también un aprendizaje que me acompañará mientras continúe en este inefable camino denominado vida.

Cambiaste mis prioridades todas, personas que antes me importaban —están solamente en la memoria— asiladas en el universo de los recuerdos, pero ya no en mi alma. 

Dueles. ¿Sabes algo?: cada vez que intento disfrutar el fragante café de la mañana —nuestra ceremonia diaria— nuestro gesto de complicidad (entre tantos otros) tu ausencia se acrecienta.

Si hasta te veo dibujada en el huidizo humo —sonriendo—, como si intentaras decirme: "¡Vamos! aquí no ha sucedido nada, es tan natural morirse"(fueron tus últimas palabras).

Y así será para siempre, habrá días más plenos, otros traerán sus borrascas inesperadas, pero no te irás nunca, —porque la intensidad de tu amor ha formado surcos en mis estepas—, si hasta parece que aguardaran la simiente para acabar con las esterilidades.

Y lo intento, disipo los nubarrones amenazantes para dejar espacio a la luz del sol que despunta cada mañana, —cuando la niebla pertinaz no lo abduce— en este invierno que trajo sus bríos con contundencia.

Imito tu fortaleza ante las adversidades, a veces lo logro, otras veces —fracaso en el intento—, pero no me rindo y no lo haré te prometo, seguiré abriendo caminos y habilitaré los clausurados, mereces la mejor versión de mí te aseguro.

Porque la razón eres tú y nadie más, eres mi bálsamo, la musa inspiradora de mis letras —hoy anquilosadas— y la fuerza motriz inclaudicable que impulsa la nave de mi vida.

Continuaré, ahora vives dentro de mí y aunque ya no pueda verte, tu legado inconmensurable y digno justifica y garantiza —que estarás siempre—, aunque en apariencia y solamente en apariencia —te hayas ido— a iluminar otras vidas en otras galaxias o seas esa estrella que resplandece cuando la noche de placidez se inviste.

Viviana Laura Castagno Fuentes

martes, 23 de julio de 2024

IRREEMPLAZABLES


Hay amores 

que por intensos

y genuinos

—en eviternos—

se convierten

y ante ellos

hasta el tiempo

languidece,

porque no logra 

menoscabarlos.


Su naturaleza

es una hechura

—sólida y contundente—,

no avala los ambages

ni las mentiras, 

porque solamente

—en la verdad—

abrevan y se consolidan.


Hay amores

que se instalan

amorosamente

en nuestros desiertos

y los fertilizan

—inauguran primaveras—

que a nosotros 

nos renuevan

y nos modifican.


Son amores únicos,

magnánimos,

no admiten sucedáneos

ni emulaciones,

ellos son huéspedes 

de lujo 

—y a perpetuidad—

en ese universo

donde mora el alma.


Hay amores...


Viviana Laura Castagno Fuentes

sábado, 20 de julio de 2024

INSOMNIOS

 

Existen madrugadas, en las que el insomnio —con suma idoneidad— se instala.

Y las mismas se tornan tan largas, que parecen atemporales e infinitas.

La mente audaz, intrépida, comienza su tarea, aunque le impongo férreos cerrojos, porque en libertad —es una virtuosa— una habilidosa manipuladora que al pasado entero solivianta.

Desvelos, espacios que parecen arcones —donde la memoria tiene su guarida— y cómoda se siente, porque se cree timonel de una barca que a la deriva —en apariencia— su derrotero está realizando.

Y es en ese lapso de tiempo, donde se cuelan —sin mi anuencia— los recuerdos, algunos son caricias sempiternas e inolvidables, pero percibo muy dentro que sangran todavía, porque no logré domeñar  con solvencia ese universo donde —las ausencias son una daga en el alma—.


Son heridas infligidas por la vida, 
que en el azaroso camino fuimos coleccionando —y que en apariencia se han petrificado— pero una noche de desvelo interminable las despertó también a ellas, están vivas, esperando ser curadas todavía.

Viviana Laura Castagno Fuentes

EL IRREVERENTE


Este invierno
trajo a sus fríos 
de otros lares 
y ha conmocionado
la aparente paz
del vergel 
que cómodamente
instalada estaba.

Nada quedó indemne,
su férrea embestida
desdibujó con creces
no solamente 
las texturas,
sino que secuestró
los colores 
que la natura exhibía.

Una bella suculenta
que parecía desafiar 
con gran hidalguía
las embestidas todas,
ante las heladas 
—inesperadas y hostiles—
ha claudicado 
y hoy sus ramas 
están desfalleciendo.

¿Qué te propones amigo?

He cuidado con esmero
cada especie, 
cuando el sol 
—su estoicidad amenazaba—
un resguardo seguro
era la respuesta 
y los esplendores
sus bríos recuperaban.

Pero, tu irrupción
—tan feroz, como implacable—
solamente trajo desaliño,
que desalentó la vida
de una amorosa
variedad de suculenta,
no estaba acostumbrada
—a tus fríos impetuosos—
ella medraba a gusto
con la calidez amorosa
que la primavera
y el estío le ofrendaban.

Viviana Laura Castagno Fuentes

TIEMPOS DE RESARCIMIENTOS


La abstracción,

un hábito saludable

—al menos para mí—

para desalojar

—o aprender a cohabitar—

con los páramos

que inevitablemente

ha ido instalando

en su derrotero

su majestad la vida.


Porque convengamos,

cuando la riada 

ha arrasado con todo

y los cimientos 

hasta ayer sólidos

—ya no existen—,

comienza un proceso

largo e interminable,

—una adaptación perpetua—

con carácter de reincidente.


Y es justo allí,

cuando aparece 

la impetuosa necesidad

que me conmina 

a ignorar el afuera

—tan nimio e indolente—

porque las respuestas

siempre estuvieron

y estarán 

—en ese lugar de privilegio—

donde el alma 

posee su estancia

por nosotros aguardando,

para resarcirnos.


Viviana Laura Castagno Fuentes

domingo, 30 de junio de 2024

FRONDOSA ALMA

 

Cada vez que observaba
la belleza de un ocaso,
su mente de niña —tan genuina—
imaginaba que el sol se ahogaba.

No cabían las explicaciones 
ante un alma con libertades
—la rigidez de la ciencia—
con creces languidecía,
para ella no había dudas,
su sol amado —cada tarde moría—.

Pero también imaginaba,
—que en una ostra dormía—
esperando al alba —su rescatista—
que a despertarlo más tarde llegaría.

Era la intrépida capacidad 
de una mente frondosa
—con un alma superlativa—
el hábitat perfecto 
donde las ilusiones se gestan.

Intuía ella, que esa ostra amorosa
—era la cuna para su sol cansado—
y que un amanecer esplendoroso
en rescatista habilidoso
—se convertiría—.


Viviana Laura Castagno Fuentes


GRITOS

 

Puedo pergeñar una poesía
que hable sobre las rosas,
las fragantes glicinas,
o los cielos diáfanos.

Podría escribir también,
sobre la niñez maravillosa
que esculpió a la mujer de ahora
la que mantiene viva a su niña.

Pero, hay momentos,
en que se desata en mi alma
—un clamor que exige gritos—
y las palabras son emisarias
no quieren flores, ni cielos,
ni infancia, tampoco primavera,
—sino que hable sobre la indolencia—.

Sí, esa indolencia que duele,
la que estruja al alma
como a un trapo raído y viejo
—la que mira sin mirar nada—
y se da el permiso absurdo
—para saludar a la injusticia—.

Hoy me bulle la sangre,
—tanta indiferencia espanta—
la riqueza en pocas manos
que se torna vil y obscena
y hace que me pregunte:
¿Para qué desean tanto
si no es para poner en otras manos
y otros estómagos que esperan?

Disculpen, hoy no pude escribir,
no logré plasmar nada sobre 
mi primavera y mis glicinas,
—me abdujo la cruda realidad— 
la misma que estrujó 
a mi alma anonadada
—cual trapo raído y viejo—
porque —tanta insensibilidad—
carece de explicaciones válidas. 

Viviana Laura Castagno Fuentes

viernes, 28 de junio de 2024

VÍNCULOS

 

Salió a pasear

—junto a su mejor amigo—

ama caminar, mientras

inhala fragancias conocidas

en el vergel de su vida. 


Hasta ayer nomás

sus pasos eran raudos,

—hoy la cautela se impone—

son bríos diferentes, 

porque son más sus años.


Sabe de largas caminatas

junto a su fiel compañero,

—están envejeciendo juntos—

poseen un vínculo simbiótico

indestructible —diría—. 


Afirma que a la muerte

—ya no le teme—

era su preocupación antes

cuando muy joven,

hoy es una curiosidad,

la está esperando casi.


Es la inefable sabiduría

que la experiencia aporta

—aquello que lo desvelaba—

se transformó ahora 

en un sueño apacible. 


Él supo hacer las paces

con los imponderables 

de un intenso pasado

—hoy tan presente—

y la paz fue la recompensa. 


El hombre y el perro

una relación rica, profunda

—una compañía férrea —

cuando fracasa a menudo

la de los humanos.

Viviana Laura Castagno Fuentes