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viernes, 27 de agosto de 2021

¡DESPIERTEN!


A mis sueños

los despierto

cada mañana, 

cuando el amanecer

es aún 

—un acto de confianza—.


No los dejo dormir, 

los despabilo

porque ellos son

—la fuerza motriz—

de mi alma. 


¿Qué de la vida 

sin ellos? 


¿Una biblioteca

huérfana de libros 

o un río sin aguas 

donde presumir 

su belleza el cielo

no podría?


Sí, definitivamente, 

a mis sueños 

los despierto cada día, 

—aunque atice con estocadas—

la vida, 

o solo alguno de ellos

—logren vean la luz—, 

a los sueños no hay 

que dejarlos dormir...nunca.


Viviana Laura Castagno Fuentes 

lunes, 23 de agosto de 2021

A SOLAS...


Me acostumbré 

cuando partiste 

a escudriñar 

otros universos, 

a desatar nudos gordianos 

sin tu presencia. 


Me acostumbré

a casi todo te confieso, 

porque no tuve opciones

y en aguas tumultuosas

mi barca frágil 

intenta con esfuerzo 

un potencial naufragio. 


Me acostumbré

a degustar sola

el café de las mañanas, 

a cultivar las glicinas

cuando la primavera

es todavía 

un gélido invierno.


Me acostumbré

a que tu voz

sea un recuerdo

porque... 

si no me acostumbro

-me obligará la vida-.


Viviana Laura Castagno Fuentes

viernes, 20 de agosto de 2021

¿QUÉ DE MÍ, DIME?


¿Qué sería de mí?


¿Qué sería

sin tu imprevista

y atinada irrupción,

sin tu sutil magia?


Porque contigo

me percibo entera, 

corriges mis imperfecciones

me incrustas alas

y hacia ignotos universos 

me elevas. 


Eres mi vergel 

en desolados inviernos, 

eres el camino certero 

que aparece 

cuando en bifurcaciones

me extravío. 


¿Qué sería de mí? 


¿Qué sería?,

hasta mi río 

en proceloso mar 

mutó sin avisar siquiera 

y se esfumaron 

las riberas que me contenían.


Pero apareciste tú, 

organizaste con idoneidad 

el caos en que estaba sumida

y convertiste en amigo

a la inasible mar,  

porque tú 

y solamente tú 

logras volatilizar

mis dudas todas. 


Viviana Laura Castagno Fuentes 

martes, 3 de agosto de 2021

LA ESPERA


Cuando decidas regresar

trae contigo —si deseas—

el vergel que cultivamos, 

la fragancia de las glicinas

y el cielo donde nos miramos.


Trae también, —te sugiero—

tus carcajadas francas, 

tu mirada límpida 

y nuestros diálogos tan ricos 

en esas mágicas madrugadas.


Cuando estés ya decidida 

y tu regreso sea un hecho, 

—no olvides jamás te pido—

que aquí se quedó impoluto

el amor inefable que sembraste.


Viviana Laura Castagno Fuentes