Es tan simple ser sencillos,
pero nos empecinamos
en desbaratar todo, somos expertos.
Vivimos pensando en el futuro,
y lo único real es el tiempo presente,
porque: ¿Quién posee el mañana asegurado?
Somos hábiles en acumular cosas
aunque muchas no necesitemos
y en algún desván termina todo arrumbado
donde la humedad y los hongos, son amos.
Pensamos demasiado en la opinión ajena,
es un desperdicio, es energía mal dirigida,
porque al fin y al cabo no debería importarnos,
quién a otros prejuzga, habla mal de sí mismo.
Debemos observar a la naturaleza,
sus ciclos naturales, su majestuosidad,
toda ella nos brinda sabiduría
no pide permiso, no avisa cuando
y tampoco detiene por nadie su ritmo.
Debemos fluir, aligerar cargas absurdas,
dialogar a solas con nuestra alma,
jamás olvidar al niño que llevamos dentro,
-nuestro maestro- cuando fracasa el adulto.
Son pequeños grandes aprendizajes
cuando hemos transitado la vida,
y percibimos muy dentro, que estamos más cerca,
de partir hacia otros estados de conciencia.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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