Imitemos a la magnificencia,
seamos un bellísimo amanecer
o tal vez un crepúsculo espectacular,
presumamos por un rato, que somos una flor.
¿Y si fuésemos una hoja que desprende
con sutileza el otoño cuando se anuncia?
O podríamos ser un cielo translúcido
exhibiendo nubes en obras de arte devenidas
cuando de formas y tamaños mutan
mientras con un sol radiante juegan.
Seamos una gota de rocío sobre un pétalo,
una enredadera grácil que a un muro orna,
elijamos ser una playa que al río aguarda
o seamos el río mismo a la playa acariciando.
Podemos ser lo que la imaginación habilita,
seamos alas, más no raíces a la tierra ancladas,
despertemos a esas aves que anidan dentro
y volemos con ellas hacia ignotos universos.
¿Y si somos el universo
con sus satélites y más todavía?
Viviana Laura Castagno Fuentes
Viviana Laura Castagno Fuentes

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