Hay caricias huérfanas, fatigadas,
que entre mis manos sedientas,
están durmiendo, esperando tal vez
que las despiertes, para saciarlas.
Hay miradas vacías,
que están perdidas
porque no están las tuyas
y era justamente en tu mirada
donde se miraban ellas.
Hay risas que en mutismo tornaron,
cuando tu voz silenciaste
y en ese inexplicable extravío
las lágrimas, el espacio han usurpado.
Hay tanto amor, porque tanto fuimos,
un cielo plomizo secuestró las luces,
y entre oscuridades y tinieblas
vivir intento, esperando tal vez
un regreso, que intuyo, no sucederá nunca.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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