A veces la imaginación urde su trama
carece de certezas, de sustentos,
pero posee autonomía la dúctil
y apabulla de ilusiones al alma.
Supuso que encontraría lo inmutable
como si cuatro décadas fueran exiguas,
convenció al alma tan incauta
que los cambios serían imperceptibles.
Le persuadió que los rastros
de la infancia, estarían dispersados
en las calles y veredas impolutas,
y el pueblo no es custodio de recuerdos
ello es patrimonio de los hombres.
Y despertó finalmente la ilusa,
la evolución es una constante
no existen lugares ayos de pasados,
no estaba su pueblo petrificado
cedió su espacio a una ciudad vibrante.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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