Hay amores que nacieron
para trascender su existencia,
tuvieron su génesis en el alma
y tienen su límite en lo eterno.
Ellos con otros ojos miran,
son eximios y ávidos timoneles
en mares con aguas translúcidas
y también en las que turbias discurren.
Buscan la belleza en los hibiscos
se solazan en sus estridencias,
y eligen pasar inadvertidos a veces,
en el silencio de un vergel en invierno.
Son amores incomparables,
comunican lo excelso de la vida
saben sobre restricciones férreas
y también sobre sublimes libertades.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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