Equivocarse
es parte del camino
cuando recién comienza
pero también
cuando el final se avizora.
Si no caemos
si no tropezamos
—no aprendemos—
no existe otro modo
hay que darse de bruces
todo el tiempo.
Me equivoqué cuando niña,
me equivoqué cuando joven
y aun adulta, aun vapuleada,
me sigo equivocando.
Pero debo admitir
me sucede en las interacciones
entre los humanos solamente,
—allí reside mi vulnerabilidad—
porque con la natura
con ella y sus magnificencias
no me he equivocado nunca.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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