Amiga,
eres la luz
en mi túnel
y la ventana
que deja ingresar
aires que renuevan
y resarcen.
Eres la calma
en mis borrascas,
el suave valle
que atenúa y disipa
la imponencia
de las montañas.
En tus palabras
viene mimetizado
ese abrazo
que no se da
pero se percibe
tan genuino y empático.
Amiga,
gracias por estar
cuando se nubló mi cielo,
porque me enseñaste
a atisbar al sol
que a pesar de todo
alumbra,
aunque no lo vea
porque se apagó
el que yo
llevaba dentro.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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