Una lluvia pertinaz
ha desbaratado
sin indulgencia alguna
diría,
la prolijidad
que el patio obsequiaba.
La gardenia
que aún ostenta
frágiles pimpollos,
está lidiando
e intenta con bríos
no fenecer asfixiada.
Un cielo ominoso
no da indicio alguno
de que acabará la embestida,
aunque las avecillas
aportan con su algarabía
una cierta dosis de optimismo.
Matices, fragilidades
que exhibe el clima
y nos sorprende,
está reinando una primavera
insuflando sus ímpetus,
pero hay un invierno renuente
y obcecado
que en perpetuarse insiste.
Viviana Laura Castagno Fuentes

No hay comentarios.:
Publicar un comentario