Una bellísima
enredadera,
que exhibe
a sus flores
ataviadas
de un naranja intenso,
extendió sus brazos
sobre un vetusto techo
que parecía aguardarla.
Tiene sus pies
en un amoroso cantero
que la acuna,
pero con su increíble
versatilidad
tapizó un muro
y lo convirtió
en una cascada vegetal
con la profusión
de sus brillantes hojas.
Dime amiga:
¿Qué intentas
con tu osadía,
tu intrepidez
y tu desenfado?
Tal vez seas
la respuesta que ansío,
porque has modificado
con solvencia
y magnanimidad
la faz derruida
de un precario espacio.
Lo has transformado
de la noche a la mañana
en una maravillosa
alfombra multicolor,
en una actitud
de resarcimiento tal vez
para disipar la melancolía
de un otrora techo
abandonado y viejo
por contingencias
de la vida.
Viviana Laura Castagno Fuentes

No hay comentarios.:
Publicar un comentario