Te busco,
justo allí
donde la luz
del amanecer
se apoltrona
para despertar
a los pétalos
adormilados
de los geranios.
Te busco,
en las preguntas
que se instalaron
con puntual
obcecación,
aguardando
las respuestas
que no llegarán
nunca.
Te busco,
en el aroma
del humeante
café de la mañana,
intento imaginar
que me acompañas
y que tu adiós
ha sido
solamente
un sueño.
Te busco,
en la verdad,
en la generosidad,
en la sencillez,
porque
desdeñabas
con gallardía
a la mentira,
la soberbia,
la mezquindad,
todo te era ajeno.
Te busco,
pero irrumpe
sin sutileza
alguna
la inevitable
realidad
y me doy de bruces
todo el tiempo.
Porque busco
en el afuera
sin éxito alguno
lo que está,
lo que quedó,
amorosamente
hospedado
en un pliegue
especial y único
que tenía reservado
para ti...
mi alma.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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