Si supieras
cuánto he cambiado,
o tal vez sí lo sabes
porque sobre la muerte
nada sabemos...
solamente existen
inescrupulosos verborrágicos
que repiten hasta
el hartazgo
sus "argumentos"
y estafan a los incautos.
¿Y cómo no cambiar
si la vida toda
ha dado un vuelco
y con los vestigios
estoy lidiando todavía?
Soy como un acantilado,
erosiona el mar
mi cuerpo pétreo
y a la vez frágil
en un intento vano
para demolerme.
Pero, ¿sabes algo?
lo genuino que hay en mí
sigue incólume
porque en mármol
fue cincelado
por tus paradigmas
tan férreos y profundos.
Todo lo demás
es diferente ahora,
estoy aprendiendo
cada día
me percibo una alumna
en la escuela primaria
me está enseñando la vida
a continuar...
(aunque no desee muchas veces)
pero a continuar
porque no existe
otra fórmula
que volatilice
el dolor
ante lo inevitable.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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