Se han quedado
miles de preguntas huérfanas
aguardando las respuestas.
Por eso estoy intentando
encontrar un indicio al menos
entre la hojarasca desordenada.
O en la delicada aljaba
con sus primorosos pimpollos
que al jardín están iluminando.
Tal vez las encuentre
en el vuelo impetuoso
(de los loros soliviantados)
entre una araucaria y un ciruelo.
¿Y si duermen en la arena
lejos de las fauces intimidantes
de un mar embravecido?
Preguntas sin respuestas
o respuestas que esperan
ser halladas justo...
cuando menos las esté buscando.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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