Estoy adaptándome
a mis lugares horadados,
diferentes, inhóspitos,
son fiordos, no barrancos.
Estoy adaptándome
a la intemperie del invierno,
el que a mi piel lacera
y a mis manos insensibiliza.
Estoy adaptándome
a mis nuevas penumbras,
porque nada es como antes
me arrebataron las luces.
Estoy adaptándome
a los empecinados cambios
cuando su rutina imponen
soy una hoja en otoño.
Estoy adaptándome
a convocar a los recuerdos,
los que a la plenitud traen
y a la vida me devuelven.
Estoy... ¿Adaptándome?
Viviana Laura Castagno Fuentes

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