Y a veces, uno se hace trizas,
se rompe en mil pedazos
como si fuese piezas
de un rompecabezas
que luego puede juntar
para rearmarlo.
No, no somos piezas
obligadas a encastrar,
no somos rehenes de nada
ni de nadie, somos un alma
con alas hambrientas
ávidas por despegar
del suelo todo el tiempo.
Somos seres únicos con sed
de libertades eternas,
sin las ataduras
que la sociedad impone,
poco importan las modas
ni las religiones,
porque muy dentro
las ansias bullen.
No somos piezas
para encajar en el mundo,
nuestra alma nos grita a diario
desea vernos auténticos,
veraces, honorables,
porque para eso vinimos
a este inefable viaje
denominado vida.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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