Hoy, el cielo exhibe
sin pudores —diría—
casi con insolencia,
a un sol indeciso
que juega entre las nubes
mientras irradia su luz contundente
o se retrae por horas.
Me pregunto:
¿Es el mismo sol
que tanta plenitud me generaba?
Porque modificaba todo,
mi humor en exultante
se convertía —en un tris—
y la vida era una delicia.
Es diferente ahora,
su luz ha mutado
es otra, perdió su magia
ha menguado la intensidad
posee una tristeza mimetizada,
aunque honestamente, es otro sol
que se está apagando dentro.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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