El crepúsculo hizo su pirueta final,
se despide hasta mañana
secuestró al sol que iluminaba
y dejó miles de farolas incendiadas.
Brindó un increíble espectáculo,
filtró sus rayos entre los alerces
los disfrazó con un atavío refulgente
y como arte de magia desapareció.
Son los diferentes actos naturales
interpretados por actores magistrales,
obsequian gratuitamente cada tarde
estupendas pinturas sin pinceles.
El crepúsculo no es un adiós, no,
es un hasta luego, se va un actor,
a deleitar con su magia a otros lares,
nuevos escenarios, están esperándolo.
Viviana Laura Castagno Fuentes
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