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martes, 18 de diciembre de 2018

EL AMPARADOR



El árbol está solo.
Parece que espera con sigilo,
que llegue en algún momento
su protegido, su hijo casi,
a quién servirá de cobijo.


Le dará abrigo con sus ramas
cual manos contenedoras,
que protegen y calman.


Porque sabe,
él es sinónimo de amparo,
cuando hay tormentas en el alma
puede doblar su cuerpo de leña
encorvarlo hasta la tierra,
hasta mutar en un hogar casi.


Árbol magnánimo,
percibes los dolores, las aflicciones,
tu soledad fue pedagógica
te dejó grandes lecciones.


Sabes como nadie,
escuchar la voz de los vientos,
enmudeces cuando braman
y te yergues renacido
cuando la quietud retorna.


Árbol, un cómplice, un amigo,
tu cobijo es el abrazo,
envuelves compasivamente
al desorientado caminante. 



Viviana Laura Castagno Fuentes 

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