El río con aguas translúcidas,
fluía por el lado este del pueblo
junto a una naturaleza exuberante.
era la impronta que aportaba distingo.
¿Qué hubiese sido del pueblo
sin ese majestuoso caudal de agua,
que no solo era un proveedor natural
sino también, el que justificaba su existencia?
Su curso, diferentes accidentes dibujaba,
se disfrazaba de barrancas por tramos,
pero también sabía ofrendar sus playas,
un lugar donde la vida social se daba cita.
El río era un poema, que en aguas había mutado,
poseía las potestades para ser declarado ilustre,
porque para mí, el pueblo no tenía a un río,
el prodigioso río Uruguay tenía a un pueblo.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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