A veces
-o durante toda la travesía-
la vida nos empuja, nos obliga,
y los caminos que habíamos soñado
en otros destinos se transforman.
A veces, el cielo harto conocido,
un perfecto desconocido se vuelve,
se escondió el sol que fulguraba
detrás de nubes altivas y ominosas.
A veces, los recuerdos quedos,
en presente absoluto se tornan,
nada es lo que parecía
la confusión se interpuso
y en ese mar incierto
colmado de incertezas
estrenamos aptitudes
para evitar el naufragio.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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