Adoro observarte
cuando simulas dormir
y eres solo un sigilo
un espejo para las aves,
pero también cuando despiertas.
Adoro tu impronta
tan única, inigualable,
pareces un ejército
cuando con tus aguas avanzas
y a las piedras distraídas
sin miramientos, inundas.
Adoro también
tus dones de artista,
las retiras mansamente
y dejas tus vestigios
donde besos desperdigaste.
Adoro todo lo que posees
porque insisto:
eres un privilegiado,
tienes cara de río un día
pero en mar altanero
te vuelves cada vez
que a tus aguas revolucionas.
Viviana Laura Castagno Fuentes


















