Intuyo muchas veces
en esta exigua estancia,
que mis letras han perdido
su versatilidad, su donaire
y hasta su magia, diría.
No pudieron ellas tampoco
contra la precariedad,
la indolencia y la abulia,
fueron víctimas indirectas.
¿Qué sucedió realmente?
Tal vez la inadaptación
produjo una implosión
un desacato interno
que a mis versos abdujeron.
No está la belleza, no está,
ha huido de lo prosaico
y en ese viaje inesperado
inevitablemente...
se autoexilió mi alma también.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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