Si supieras la orfandad en la que vivo, si supieras, hay heridas que sangran todavía, intento cerrarlas cada día te confieso, pero es un imposible, una tarea ardua, un intento fallido, que allí se queda.
Si supieras, se quedaron mis besos ateridos y extraviados sin destino
porque no pude dejarlos, no pude, sobre tu frente que tal vez los esperaba.
Si supieras, me inventé una realidad paralela, me convenció la imaginación frondosa que todo resultaría bien y sanarías,
y hoy, después de treinta años de ausencia, esos besos vagan por el universo de mi vida, porque no pudieron quedarse sobre tu frente Papá.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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