Como siempre,
la natura está desplegando
su inefable versatilidad,
como si intentara
disipar a la niebla
que se expande dentro.
Hay un otoño aposentado
que tiene todavía
a la primavera implícita,
dones únicos
que la costa atlántica
ofrenda.
Exhibe a sus geranios,
buganvillas, lavandas,
a los exultantes ramilletes
de rosas siete hermanas...
detentando diría
una actitud
de amoroso desafío
ante los fríos
que de a poco
se están instalando.
La magia se enriquece
con el bullicio
y la algarabía
de los loros,
que han usurpado
una vieja araucaria
y allí su hogar
están edificando.
La natura,
la sempiterna
prestidigitadora,
logra como nadie
esparcir su estridencia
en espacios donde aun
reina el desierto
y consigue con eficiencia
despertar a otras simientes.
Viviana Laura Castagno Fuentes

No hay comentarios.:
Publicar un comentario