Estoy empecinada
en hacer todos
los esfuerzos
y más aún,
porque mereces
que mis energías
fluyan con creces
hacia las letras
que amabas tanto.
Tuve cerrazones
importantes
que por unos días
las eclipsaron,
conspiró el universo
entero parece
y el desierto
que llevo dentro
generó un fenómeno
de abducción
que presumo
fue algo transitorio.
Pero, heredé tu tozudez,
no existían "los imposibles"
en tu azarosa vida
y arremetías contra
viento y marea
cuando arreciaban
cruentas tempestades.
No es fácil...
a veces necesito
extirpar al dolor
de cuajo,
me zambullo
en un mar
de actividades varias
para minimizarlo,
pero termino exhausta,
él regresa con ínfulas
y me desafía.
Espío la vida
por ahora,
estoy frágil
y desorientada,
no atisbo puertos,
ni estaciones,
viajo sin destino
sin derrotero
y sin brújula.
Cometí un gran error:
pretendí vivir
en primavera
evitando la crueldad
del invierno
y me enseñó
la experiencia
que hay que respetar
los ciclos naturales
siempre,
es imposible
precipitarlos,
no habrá vergeles
prolíficos mañana
si no camino
por la azarosa
estepa antes.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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