Creo que lo intuyes...
—Te extraño—
con la misma intensidad,
no ha menguado un ápice
y no lo hará jamás te aseguro.
Y sabes muy bien
que esgrimo mis estratagemas
para suavizar un poco
ese espacio aun horadado
donde vestigios quedan.
El tiempo ha sido un aliado,
un cómplice atento y sutil
—supo respetar mis declives—
sin los remilgos vacuos
que sí detentan los humanos.
Ha sido paciente, empático,
hemos zurcido en silencio
los agujeros donde el dolor
su estancia había establecido.
Estoy como puedo, —endeble—
acopio partes mías todavía
porque lo acontecido llegó
para disgregarme, es natural.
Pero, —te extraño—
pasarán los años, el dolor,
llegarán las estaciones
—tan disímiles y especiales—
y traerán como cada día
—reminiscencias de un amor—
que se quedó en los pliegues
del alma y no fenecerá nunca.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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