El abrazo,
ese lenguaje sutil
que solo el alma conoce
llega para reconstruir
lo que deshizo la vida.
El abrazo,
la instantaneidad necesaria
cuando sobran las palabras
porque llegan a destiempo
o porque la empatía fracasa.
El abrazo,
el que organiza el desorden
de nuestro hogar en ruinas
y logra restañar de a poco
los jirones que sobrevivieron.
El abrazo,
una sensación inefable
un resarcimiento infalible
la analgesia sin prescripciones
porque no necesita recetas.
El abrazo,
incluye tantas palabras
que saben a innecesarias
porque cuando él aparece
el universo todo se acomoda.
El abrazo...
Viviana Laura Castagno Fuentes

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