Y cuando sientas
que la blanda arena
no sostiene tus pisadas,
no te enfades con ella
quizás se quedó la mar
entre sus pliegues
y tuvo que ceder
no por indolencia
sino porque no podía.
Recuerda
ella es arena suave,
—tal vez esté llorando ahora—
fracasaron sus intenciones
claudicó su resistencia
y no logró a pesar de todo
evitar esa caída
—que le duele más a ella—
es arena sensible, no olvides.
Viviana Laura Castagno Fuentes
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