Somos un amasijo sempiterno
por ciclos y momentos diseñados
los comienzos tienen finales
con fecha de vencimiento adosado.
Portamos dolores tan profundos
que se adhieren a los huesos,
—demuelen al alma distraída—
son inquilinos y propietarios.
Somos la vulnerabilidad absoluta
—hojas otoñales a la deriva—
la vida es una ráfaga en el tiempo
pero nos creemos inmortales.
Las células son grandes referentes
—por miles fenecen dentro—
por ciclos y momentos diseñados
los comienzos tienen finales
con fecha de vencimiento adosado.
Portamos dolores tan profundos
que se adhieren a los huesos,
—demuelen al alma distraída—
son inquilinos y propietarios.
Somos la vulnerabilidad absoluta
—hojas otoñales a la deriva—
la vida es una ráfaga en el tiempo
pero nos creemos inmortales.
Las células son grandes referentes
—por miles fenecen dentro—
el presente es lo único tangible,
el ayer pasó y el mañana no existe.
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