Ella estaba radiante,
no había vestido a su cuerpo
había engalanado a su alma
y se notaba, era una niña
no había vestido a su cuerpo
había engalanado a su alma
y se notaba, era una niña
de nuevo, sorprendida.
Sus ojos iluminaban la noche
destellaban como estrellas,
el amor era el más bello atavío,
Sus ojos iluminaban la noche
destellaban como estrellas,
el amor era el más bello atavío,
su elección más atinada.
Y creyó que jamás llegaría,
era un tema de los otros,
Y creyó que jamás llegaría,
era un tema de los otros,
le era esquivo, casi ajeno,
pero bastó solo un instante
pero bastó solo un instante
para que mutara su vida
cuando sucumbió un día
cuando sucumbió un día
ante lo inesperado.
Viviana Laura Castagno Fuentes

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