Pobre árbol solitario y desnudo,
porque sus hojas siguieron al otoño,
quiso detener al sol para sentirse abrigado
y lo encerró entre sus raídas y flacas ramas.
Él no comprende que el sol es libre,
que retenerlo es una misión imposible
porque alterar los ciclos de la naturaleza
es una acción que trae sus consecuencias.
Comprendo su situación, está desvalido,
el otoño lo despojó de su traje de hojas,
creyó que abrazando al sol con sus ramas
recuperaría el calor que su follaje le proveía.
Tranquilo amigo, solo son las estaciones,
tu desnudez será transitoria, son los ciclos,
el otoño te despoja, el invierno te congela,
pero llegará la dúctil primavera
para vestir tus flacas ramas
con tiernas y brillantes hojas.
Viviana Laura Castagno Fuentes.

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