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lunes, 13 de marzo de 2023

UN CAMINO SOLITARIO

 

Podría presumir

con cierta solvencia:

"aquí no ha pasado nada", 

pero sería una impostura

solamente, 

para un afuera que exige 

demasiado. 


Porque la realidad habla

sin hablar siquiera

pone blanco sobre negro

y con gran contundencia

afirma:

"aquí pasó de todo".


Tenemos dos opciones:

o aceptamos al dolor

sin eufemismo alguno,

o lo expulsamos 

para extirparlo de cuajo.


Pero: ¿Qué sucedería?

¿Qué? 


Nos infligiríamos un daño

que sería irreversible

porque lo agigantaría

y sería una imprudencia,

hasta un acto de soberbia. 


Nos pertenece, el dolor digo,

es nuestro, está muy dentro,

se quedará el tiempo

que sea necesario,

y el camino será en soledad 

absoluta, no existen testaferros. 


Por eso, debemos conciliar,

ofrecerle un albergue, 

porque si no lo hacemos 

si pretendemos "ignorarlo" 

se aferrará con sus garras

y acabará con nosotros

esmerilando la paz deseada. 


Viviana Laura Castagno Fuentes

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