He estado escribiendo
poemas en mi mente
y desorienté a mis letras.
Lo que no saben ellas
es que hay sentimientos
que su intimidad reclaman.
Y demandan un reparo
donde expandirse puedan
sin la exhibición innecesaria.
Al fin y al cabo es el alma
la gran interpeladora
y la soledad es su hábitat.
He estado escribiendo poemas
que se aposentaron dentro
apaciguando inesperadas borrascas.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Otra vez
comenzaron los verdores
a resarcir los despojos
que dibujó el invierno.
Aunque persista el frío
es otro ahora, diferente,
lacera menos la piel
mientras los brillos se esparcen.
Otra vez...
miro las estridencias
y el despliegue de los cambios
aun cuando tu ausencia duele.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Con sumo cuidado
hurgo en un camino
que dentro de mí
se fue expandiendo.
Me extravío a veces...
confundo las señales
no sé si estoy o me he ido
a un universo inexplorado.
Quizá se convierta
en otro lugar habilitado
donde medrará la simbiosis
entre el amor y el dolor
que dentro de mí cohabitan.
Viviana Laura Castagno Fuentes
¡Cuántas veces!
la sicaria mente
desata sus vendavales
y mil jardines destruye.
¡Cuántas veces!
bellísimos vergeles
en desiertos yermos
se convierten.
¡Cuántas veces!
los caminos desaparecen
y no hay salidas
porque todas se esfumaron.
Pero también es cierto
que irrumpe la perfección
y la decisión avasallante
del alma, que callada observa.
Ella, con enorme solvencia
impone sus esplendores
siembra sus primaveras
y a la simiente convoca.
¡Cuántas veces!
la mente demuele
mientras el alma edifica,
es una dicotomía constante
que tiene a una sola vencedora.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Adoro
la sutil habilidad que posee
para ordenar el caos
mientras se desliza.
Es su impronta —diría—
volatiliza a la opacidad
mientras las estridencias
en cada espacio renacen.
Y hoy como antes, llega investida
de reminiscencias inexorables,
despertó fragancias adosadas
a vivencias inmarcesibles.
Viviana Laura Castagno Fuentes
En ese límite inexacto
donde las luces se confunden
tu recuerdo se interpone.
Parece una reincidencia
una tozudez del inconsciente
que hacia tus brazos me guía.
Pero... cuando me acerco
te alejas sonriendo y me esquivas
como si a la frustración invitaras.
Un juego parece, una finta,
estás cerca de mí, puedo verte
hasta que despierto y te esfumas.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Se me han quedado palabras
entre el corazón y la garganta
y mi respiración dificultan.
Parecen rocas obstruyendo
una salida que se aleja
desconcertando al entorno.
Quizá, una inducción tácita sean
para apurar una cura que no llega
mientras las tundras se extienden.
Aunque las intuyo como un grito
que silenció abruptamente el estío
y hoy están su libertad pidiendo.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Deseo que estés sonriendo
aunque aticen las inclemencias
y las aguas turbias se vuelvan.
Deseo que logres esquivar
con tu consabido donaire
los óbices todos que encuentres.
Que redobles tu estoicismo
cuando los imponderables
inevitablemente se impongan.
Pero evita los remilgos...
exhibe al dolor, derrama lágrimas
no te menoscaban, te ablandan.
Que la vida fluya liviana
y cuando la soledad pese
que mil primaveras la resarzan.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Las previsibles turbulencias
abruptamente aparecen
y a rectificar el derrotero
inevitablemente me conminan.
Se interpusieron los desfiladeros
y a los suaves valles eclipsaron
ante un cielo inconmensurable
que aún, cierta seguridad garantiza.
Es la vida como siempre
explicando la lección de nuevo
a quienes deambulamos todavía
descifrando nuestros vacíos.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Si supiera
dónde te escondes
cuando no logro verte.
Si pudiese
encontrar el lugar
donde nos perdimos.
Si lograra
tender los puentes
y derribar los muros.
Si hubiese
un precario vestigio
de la demolición inevitable.
Entonces...
no sería en este mundo
sino donde las ligerezas moran.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Trae la suave brisa
los primeros indicios
de los verdores en ciernes.
Saben a renaceres
que sobre preñeces
tienen las potestades.
Estallan los retoños
en una rama lánguida
que se durmió desnuda.
Es la natura escribiendo
a quién desee leerla
los poemas más soberbios.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Aunque los fríos
aticen todavía
los indicios se acrecientan
—porque así es ella—.
Las macilentas ramas
de los ciruelos
mutarán en días
a un cuadro exuberante.
Hasta el viejo sauce
se empecina en estrenar
sus verdores incipientes
como diciendo —aquí estamos—.
Cambios ineludibles
renaceres contundentes
una estación de la natura
imprimiendo su sello indiscutible.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Como en un acto de heroicidad
está resistiendo a solas
los embates de un indolente viento.
Es una rezagada, una disidente,
digna de ser admirada
por su denodado estoicismo.
Sus congéneres desistieron
cuando las primeras desnudeces,
pero ella está dando batalla.
Deseo que su actitud se afiance
que no mengüe un ápice
ella es una hoja irreverente
una reacia a ser desgarrada.
Viviana Laura Castagno Fuentes
A veces
las buenas intenciones
per se —no bastan—
son estériles e insuficientes.
Demandan
a otros protagonistas
—en la película de la vida—
y no los elegimos nosotros.
Y es justo allí
donde hay que retirarse
invisibilizarse —diría—
y dejar fluir a las circunstancias.
Es tan efímero todo...
el camino es un albur siempre
hay que eludir lo que nos agobia
y a nuestra plenitud espanta.
A veces
las buenas intenciones
se parecen a una mar procelosa
experta en imprevisibles
e inevitables naufragios.
A veces...
Viviana Laura Castagno Fuentes
Escribo porque sí
sin huellas que me guíen
sobre un camino aun virgen.
Escribo enmarañada
para organizar mi caos
mientras a la luz enciendo.
Escribo sin pensar siquiera
y sin cuestionamientos
que a mi libertad conculquen.
Escribo herida muchas veces
por las estocadas de la vida
y la cauterización se consolida.
Escribo por necesidad
porque las letras demandan
una liberación acordada.
Escribo mal, bien, regular
—responderá la subjetividad ajena—
pero jamás inhibo ni inhibiré
a mi alma, porque es ella la autora.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Tal vez el sentimiento
que extrañar a alguien
genera y conmociona
a mi universo íntimo,
sea el más complejo
y difícil de ensayar.
Y faltan las palabras,
hay ausencias, ostracismos,
como si asistiera
a un gran gesto de complicidad
que me inhibe y me sofoca.
¿Cómo definir al vacío
que se ha expandido
desgarrando lo que aún
permanecía ileso e incólume?
¿Cómo?
Es un rapto, un precipicio
que a mi estabilidad devora
y la reduce a un remedo
de lo que era, la invisibiliza
socavando los límites necesarios.
Extrañar carece de analgesia,
no se ha inventado la cura
porque no hay, no existe,
está íntimamente ligado
al amor que has sembrado
y que se consolida día a día
desde aquel diciembre inolvidable.
Viviana Laura Castagno Fuentes
Estoy aprendiendo
que a los derrumbes
hay que apuntalarlos
desde nuestro interior
—el ámbito donde residimos—.
Porque nadie conoce
ni el lugar exacto
ni siquiera la profundidad
de la zona erosionada
excepto... nosotros.
Y será el tiempo
—el único y perfecto aliado—
quién correrá el telón
por donde se escurrirá la luz
para despabilar a las gardenias
que exultantes esperan.
Viviana Laura Castagno Fuentes
¿Y qué la vida,
sino un intento permanente
para disuadir a la muerte?
Un viaje impredecible
un albur insospechado
una docencia interminable.
Y nosotros empecinados
en soterrar lo genuino
que en únicos nos convierte.
Y hacemos concesiones
con la mendacidad
y a la verdad menoscabamos.
¿Y qué la vida
sino una cruel impostura
con dogmas estériles
que al alma incauta asesinan?
Viviana Laura Castagno Fuentes
Tenía a veces
la impronta del invierno:
era imperturbable, fría
—solo en apariencia—
pero guardaba un tizón
en cada abrazo.
Y sabía ser río,
fluía sin detenerse
esquivaba con donaire
los óbices que iba encontrando
y a otros los ignoraba.
Supo guardar vestigios
de sus exultantes primaveras
—para suavizar sus declives—
pero aun así, obsequió camelias
porque su hechura: era la entrega.
Viviana Laura Castagno Fuentes
